La obsesión de Scorsese por el cine japonés

La primera película que vio fue “Cuentos de la luna pálida”, de Kenji Mizoguchi. Y luego llegó Kurosawa. Los secretos de su último filme “Silencio”, ambientado en el Japón del siglo XVII.
Fuente. sensacine.com - 2017-02-06
El célebre director Martin Scorsese siempre ha confesado ser un gran seguidor del cine japonés desde niño. Por ello, no sorprende el hecho de que haya elegido para su nueva película “Silencio” una historia ambientada precisamente en ese país, pero en el siglo XVII. 

"No hay duda que soy bastante experto en el cine japonés. Y retrocedí hasta la primera película japonesa que vi en la televisión, en el año 1954, no estoy muy seguro. Se llamaba ´Cuentos de la luna pálida´, de  Kenji Mizoguchi. Sus filmes me llevaron luego a Kurosawa y a todos los demás. Así fue como empecé a obsesionarme con el cine japonés”, explicó Scorsese en una entrevista a IMDB.
Su última película "Silencio", protagonizada por Liam Neeson, cuenta la historia de los dos sacerdotes jesuitas portugueses que emprenden un viaje hacia tierras japonesas.
“¿Hay un sentido - se preguntó - de las películas japonesas en mi mente? ¿Están las películas japonesas en mi mente? Si ese es el caso, esto no es auténtico. Tiene que ser cómo lo veo, no cómo pienso que se vería las películas japonesas o cómo se rodaría una película sobre los japoneses en el siglo XVII".

Más allá de esta inocultable inspiración tomada del cine nipón, Scorsese también contó con un elemento esencial para narrar la historia de los dos sacerdotes jesuitas portugueses que emprenden un viaje hacia tierras japonesas. Este elemento no ha sido otro que la propia naturaleza, de la que se han aprovechado junto al director de fotografía del filme, Rodrigo Prieto, para grabar algunas de las escenas protagonizadas por Liam Neeson, Adam Driver y Andrew Garfield.

"Esta es una película que tiene mucho que ver con la naturaleza. Los dos sacerdotes en Japón están rodeados de vegetación. Y una gran parte de la película gira en torno a esos sonidos, a esos sentimientos, a la presencia o ausencia de Dios en ese entorno natural", agregó Rodrigo Prieto a Indie Wire.
Algunas escenas nocturnas las rodaron durante el día y si bien no estaba previsto, la niebla que se encontraron en la playa se convirtió en un elemento fundamental de la historia.
El fotógrafo mexicano también explicó cómo consiguieron crear el entorno perfecto para que los protagonistas pudieran esconderse durante su travesía para dar con el paradero del misionero que supuestamente había renunciado a su fe cristiana, tras ser torturado por los japoneses.

"La mayoría de las veces que se escondían era por la noche, principalmente debido a las limitaciones técnicas, ya que era imposible acceder sin encender el equipo para crear la luz de la luna. Algunas de las escenas las rodamos al anochecer y ellos llevaban antorchas para que fueran lo suficientemente brillantes. Pero hubo escenas nocturnas en la playa que rodamos de día".

El director de fotografía también señaló que aunque no estaba previsto, la niebla se convirtió en un elemento fundamental en la historia. "Cuando llegamos a la playa había mucha niebla, y decidimos usarla como elemento para ayudar a los dos sacerdotes a ocultarse".