En la periferia rural de Beijing, en el corazón de un pequeño valle rodeado de montañas rocosas, una biblioteca salida de la nada atrae a cientos de visitantes. Todos los fines de semana, los apasionados de la lectura se precipitan a esta original biblioteca construida en la localidad de Jiaojieje, entre exuberantes castaños, nogales y melocotoneros. La biblioteca Liyuan tiene una estructura de acero y vidrio. Pero las fachadas del edificio están revestidas por las ramas de los árboles de alrededor, que están dispuestos verticalmente.
La librería cuenta con un espacio limitado y solo tiene una capacidad para acoger a 40 personas a la vez. Los turistas hacen cola para entrar en el edificio.
Los visitantes, después de atravesar un estrecho puente de madera, se encuentran con un espacio luminoso y natural, con los rayos de sol abriéndose paso entre los resquicios que deja la vegetación. Las estanterías, que sirven también de pared, se extienden a lo largo de la única sala de lectura. Con los libros en la mano, los lectores se relajan bajo el sol o sentados en estanterías con forma de escalones. La librería cuenta con un espacio limitado y solo tiene una capacidad para acoger a 40 personas a la vez. Los turistas hacen cola para entrar en el edificio, que está abierto solo los sábados y domingos.
"Para los que realmente quieren leer, queremos mantener un lugar propicio para la lectura", explica Pan Xi, la propietaria del lugar.
Este espacio abrió en abril de 2012. La razón de su éxito radica en que cada fin de semana atrae a cientos de personas, la mayoría de las cuales acude para tomarse fotos y publicarlas en las redes sociales. "Ahora, se prohíbe a la gente hacer fotos en el interior, ya que muchos solo están aquí para eso. Algunos vienen incluso vestidos de traje. Es molesto", explica Pan Xi, la propietaria del lugar. "Para los que realmente quieren leer, queremos mantener un lugar propicio para la lectura".