Consolidado como uno de los máximos eventos cinematográficos del continente asiático, el Festival Internacional de Cine de Beijing (BJIFF) se ha convertido - en sus quince años de trayectoria - en una vidriera privilegiada para la difusión de películas procedentes de las regiones más distantes del planeta. Esta edición 2025, que el 18 de abril tuvo una ceremonia inaugural cargada de simbolismos y referencias históricas, vuelve a valorar la importancia del cine como una de las más maravillosas formas de expresión artística. En este contexto, el cine en idioma español ha tenido una participación destacada en el BJIFF. Un total de 17 películas hispanohablantes han logrado llegar a la competencia final por el Premio Tiantan, que reconoce la excelencia cinematográfica internacional, de las cuales 7 fueron producciones o coproducciones de la Argentina. En esta edición se destaca la presencia de “El Mensaje”, la película dirigida por Iván Fund. Este filme - una coproducción entre Argentina, Uruguay y España - tuvo su estreno mundial en la prestigiosa Berlinale, en febrero pasado, donde obtuvo un premio Oso de Plata. En la capital china, ahora compite por el Premio Tiantan. Filmada íntegramente en blanco y negro, la obra plantea una mirada poética e íntima sobre la infancia, la inocencia y las complejas conexiones que establecemos con el entorno natural y emocional.
Fund describió su película como una “road movie emocional” que explora la vida cotidiana de una singular familia.
DESDE EL CORAZON La historia atraviesa las vivencias más íntimas y familiares del director, y presenta el mundo “como un lugar fantástico”. En una entrevista exclusiva con CGTN Español, Fund describió su película como una “road movie emocional” que explora la vida cotidiana de una singular familia compuesta por una niña y sus tutores. Juntos, viajan por las rutas argentinas ofreciendo sesiones de médium para mascotas, aprovechando el don de la niña para comunicarse con los animales. Sin embargo, detrás de esta sencilla pero original premisa se esconde una poderosa reflexión sobre la infancia, los lazos familiares y la importancia de proteger la inocencia. Fund explica que la temática no es casual: “El tema me toca muy personalmente, y tenía ganas de agradecerle a mis padres por haber protegido mi infancia. Siento que, gracias a ellos, que me permitieron ser niño, soñar y fantasear, hoy puedo hacer cine”. La obra también refleja otra dimensión de su vida actual: la relación con Anika, su hija adoptiva y protagonista del filme. “Ella me enseñó un poco a ser adulto y a crecer sin perder la magia de la infancia”, confiesa Fund, destacando el valor de la niñez como una etapa que debería ser preservada y respetada en todo su misterio y magia. Más allá de las resonancias personales, Fund abordó también la dinámica particular del rodaje, ya que la película fue realizada con un equipo compuesto principalmente por familiares y amigos cercanos. Para él, esta elección fue tanto una decisión práctica como una postura artística, casi filosófica: “Creo que trabajar en familia permite trabajar de una manera mucho más íntima, y eso genera ciertas imágenes y relatos que de otra forma serían distintos”. UN DESEO FAMILIAR Betania Cappato, actriz, directora, esposa de Iván Fund y mamá de la protagonista, Anika Bootz, asegura que “El Mensaje” representa un verdadero sueño familiar hecho realidad. En primer lugar, le ha dado la oportunidad de regresar a China por segundo año consecutivo, ya que en 2024 había participado del BJIFF como directora de “La mujer hormiga”. En esta oportunidad, llega acompañada. “La primera vez que vine, Anika fue al aeropuerto a despedirme y fue triste separarnos. Desde entonces soñamos con volver juntas. Un año después, estamos aquí, en familia, celebrando nuevamente en el Festival de Beijing. Es hermoso”. En entrevista con CGTN, Cappato asegura que el cine es una pasión familiar: “Nos encanta compartir el set. Poder hacer cine juntos y que eso nos permita viajar y celebrar es realmente un regalo”. Además, asegura que la experiencia como actriz le resultó enriquecedora, particularmente para ampliar su visión como directora: “Cuando crecés trabajando en el cine independiente, no te queda otra que aprender de todos los roles. Además, me interesa ser directora, y actuar es una buena manera de nutrirme y experimentar qué sucede en cada área desde una perspectiva profunda”. Cappato reveló además una simpática anécdota sobre cómo Fund, en la edición final, recortó considerablemente su participación. Aunque se ríen internamente en la familia, admite que entiende perfectamente la decisión: “Fue una buena elección desde el montaje, porque preserva el misterio sobre la madre. En lugar de enfocarse en el drama convencional, la película mantiene el foco en los sentimientos de la niña, lo que resulta fundamental para la historia”.
La película fue realizada con un equipo compuesto principalmente por familiares y amigos cercanos.
Al preguntarle cómo se manejan los inevitables desacuerdos artísticos en un proyecto familiar, Cappato sonríe: “Creo que el director siempre debe tener la última palabra. Confío mucho en el trabajo de Iván, generalmente vemos las cosas de forma parecida y hablamos mucho antes de rodar. Pero en casa, la que gana las discusiones soy yo”, añade entre risas. Anika Bootz interpreta a la protagonista de “El Mensaje”, y destaca durante toda la película por su naturalidad y espontaneidad. Con apenas diez años, es una apasionada del cine, un interés también alimentado por su entorno familiar. La película representó para ella una oportunidad largamente esperada: “Yo siempre quise actuar en películas. Cuando Iván empezó a escribir el guion, yo era más chiquita y me enojaba porque quería actuar en esa película… Porque, ¡Guau! ¡Una niña que habla con animales! Pero no me dejaban porque era muy pequeña. Al final, el guion tardó tanto que cuando lo terminó, ya tenía la edad justa para ser yo la protagonista”, comenta riendo. Además, Anika tiene claro su futuro en el cine, y no solo como actriz: “Me gustaría muchísimo seguir actuando. De hecho, ahora con mis amigos estoy haciendo una película que dirigimos nosotros mismos. Tenemos un grupo de WhatsApp, escribimos la historia juntos y nos organizamos para actuar, dirigir y hasta hacer el vestuario”, explica con orgullo con algunas aclaraciones de su mamá, que no puede evitar una mirada orgullosa. En una de las escenas más llamativas del filme, Anika se comunica con un carpincho, un animal que se ha vuelto popular en el último tiempo en China. “Sí, fue real”, cuenta divertida, aclarando que no le dio miedo, aunque el animal fuera grande: “En Crespo, el pueblito donde nació Iván, es común ver carpinchos. La gente está acostumbrada”. ENTRE LO INTIMO Y LO UNIVERSAL La fuerza de “El Mensaje” radica justamente en esa fusión entre lo íntimo y lo universal, donde el trasfondo permea la forma en que fue concebida visual y logísticamente. La elección del blanco y negro, tal como explica el director de fotografía Gustavo Schiaffino, surgió de un proceso intuitivo, casi afectivo, en diálogo constante con la paleta emocional que el director quería capturar. Esa estética íntima y contemplativa no habría sido posible sin un entorno de confianza, donde las decisiones nacen del vínculo más que de la imposición. La productora, Laura Mara Tablón, también refuerza esta idea al destacar cómo ese espíritu colectivo y cercano se sostuvo también en las gestiones detrás de cámara. Para ella, la participación en este festival también tiene un valor simbólico significativo en un contexto difícil para el cine argentino: “Estar acá es un orgullo. El cine argentino está sufriendo mucho en este momento, y que Beijing nos abra sus puertas por tercera vez con una película nuestra es algo que valoramos enormemente. Estoy realmente muy contenta”. En un mundo donde las fronteras parecen endurecerse, “El Mensaje” demuestra que las emociones viajan sin pasaporte. Esta película hecha con amor y en familia ha logrado abrirse paso hasta los grandes escenarios internacionales y conectar con un público que, a miles de kilómetros, se emociona con la ternura de una niña, el aura de tranquilidad de los carpinchos y los paisajes naturales y la simpleza sutil de una mirada en blanco y negro. Y en el año en que se celebran los 130 años de la primera proyección cinematográfica mundial y los 120 años del nacimiento del cine en China, Beijing celebra con una película argentina la inocencia de la infancia, las conexiones humanas y la posibilidad de que lo íntimo también sea universal. *La autora es reportera de CGTN Español