Clase magistral sobre las escritoras japonesas que hay que leer

Entrevista a la profesora Amalia Sato, traductora y editora de la revista literaria “Tokonoma”. Sus recomendaciones para descubrir a Sei Shoonagon, Murasaki Shikibu, Higuchi Ichiyoo y Banana Yoshimoto.
Fuente: Alternativa Nikkei - 2017-03-03
Escritoras de lectura obligada como Sei Shoonagon, Murasaki Shikibu y Banana Yoshimoto, son sólo algunas de las recomendaciones de la profesora Amalia Sato para aquellos lectores interesados en descubrir las claves de la maravillosa, y para muchos desconocida, literatura japonesa. “Todavía tenemos que descubrir en lengua española a Higuchi Ichiyoo, una escritora de enorme inteligencia que muchos consideran como la sucesora después de casi nueve siglos de Sei y Murasaki”, explica la especialista en una entrevista exclusiva con la revista online de cultura japonesa Alternativa Nikkei.

Amalia Sato es traductora, editora de la revista literaria Tokonoma y autora del libro de ensayos “Japón en Tokonoma. Su literatura, textos más lecturas”. Entre sus traducciones más trascendentes se cuentan “El libro de la almohada”, de Sei Shonagon; “En construcción”, de Mori Ogai; “Japón, lo próximo y lo distante”, de Renato Ortiz; “El gran espejo del amor entre hombres”, de Ihara Saikaku y “El maestro de go”, de Yasunari Kawabata.

- ¿Qué importancia tuvo el rol de las mujeres en la escritura fonética japonesa? 

- En la historia cultural universal, la creación de una escritura fonética a partir de otra totalmente distinta conceptualmente, es un caso inédito, como son los ideogramas chinos. Y fueron las mujeres de la Corte que, a fuerza de pincel y a lo largo de unos cuatro siglos, estilizaron las formas de los futuros hiragana en su correspondencia privada y en su producción poética y de diarios personales. Lo importante es que fue una escritura compartida con los varones, lo cual permitió que se impusiera y consolidara como escritura expresiva de la lengua japonesa.
Sei Shoonagon y Murasaki Shikibu son dos nombres fundantes de muchas tendencias y emocionalidades que todavía persisten: “El Libro de la almohada” y el “Romance de Genji” son de un atractivo absoluto.
- ¿Cómo se adaptaron los ideogramas importados de China al lenguaje oral de un Japón sin escritura?

- Los ideogramas con su lectura china eran empleados por los letrados para asuntos oficiales, pero se les agregó una lectura japonesa que duplicaba la lectura original china. Así hubo dos sistemas: “kun yomi” y “on yomi”. Un mismo ideograma con dos sonidos, dos expresividades, para dos lenguas.

- ¿Cuáles han sido, a su juicio, las mayores exponentes de la literatura de Japón?

- La literatura japonesa conoce su momento de gloria apenas cuando despega la expresividad de la escritura fonética en los siglos X y XI. Después la literatura de mujeres sufre un eclipse, un borramiento. Sei Shoonagon y Murasaki Shikibu son dos nombres fundantes de muchas tendencias y emocionalidades que todavía persisten: “El Libro de la almohada” y el “Romance de Genji” son de un atractivo absoluto.

- El kabuki también tuvo protagonistas femeninas. ¿Cuáles son sus orígenes y qué papel cumplió la joven Okuni? 

- La joven Okuni, danzarina y actriz del siglo XVII, honrada con una estatua en la ciudad de Kioto, es la gestora de un movimiento de danza y teatro donde jovencitas desafiantes, en medio de las turbulencias del siglo cristiano en Japón, provocaron una revolución en el gusto y la consideración de lo femenino. Luego, por censura, este arte pasó a ser terreno de los hombres, estabilizado como teatro kabuki,  a tal punto que los roles de mujer dieron lugar a la figura del onnagata, el actor mujer, cuyo máximo exponente es hoy en día Bandō Tamasaburō, de quien recomiendo ver “Sagi Musume,  la muchacha garza”.
"Recomiendo que lean “Kitchen”, la obra más lograda de Banana Yoshimoto. Pueden comprobar cómo su relato tan leve se desliza como el lápiz de un ilustrador para trazar las metamorfosis de sus personajes"
- ¿Cómo y por qué se dio el encuentro de Oriente y Occidente en Europa? ¿A qué se llama japonisme?

- Es un encuentro en espejo, Japón se occidentaliza y Europa se japoniza, y ese vaivén no terminará nunca. Se trata de un movimiento en paralelo de fascinaciones, impostaciones, ilusiones que sigue vigente, por sobre la historia, como una supra-estructura productiva de felices contaminaciones y apropiaciones.

- ¿Cuál cree que es la escritora más interesante del siglo XIX? 

- Todavía tenemos que descubrir en lengua española a Higuchi Ichiyoo, una escritora de diarios y relatos de enorme inteligencia que revela los costos de la acelerada modernización de la era Meiji. Muchos la consideran la primera escritora moderna y la sucesora después de casi nueve siglos de Sei y Murasaki, por su talento.

- ¿Qué influencia tiene la cultura popular en la vida de los japoneses?

- Lo que vemos hoy en día es el triunfo de la cultura popular del color, el movimiento, el humor. Es como si la época Edo reviviera en la vitalidad sin límites del manga y el animé, en la ilusión del dibujo y la entronización de los ilustradores, en el humor del mundo kawaii. Todos los jóvenes que se inician en el estudio de la lengua japonesa por su devoción al manga son prueba de esto. Palabra, dicho sea de paso, que nos remite al gran Hokusai que así llamaba a sus dibujos caprichosos, locos y veloces, capaces de dar cuenta de muchos mundos.

- ¿Existe una fusión entre esas dos culturas en la literatura  femenina actual? 

- Una autora que puede iluminar esta potencia del manga es Banana Yoshimoto, recomiendo que lean “Kitchen”, su obra más lograda. Pueden comprobar cómo su relato tan leve se desliza como el lápiz de un ilustrador para trazar las metamorfosis de sus personajes. 

- ¿Cómo analiza la actualidad de la cultura japonesa y su influencia en la Argentina?
 
Basta ver la variedad de intereses que en nuestro país encuentran eco: temas culinarios, ikebana, amigurumi, origami, kamishibai, artes marciales, caligrafía, bordado, haiku, la lengua… En fin, son actividades que las instituciones culturales de la colectividad ayudan a difundir y que encuentra sus apasionados cultores en un medio cultural tan permeable, curioso y creativo como el de nuestra Argentina.

Foto: Lourdes Massimino