El inesperado éxito de varias películas indias en China ha servido para acercar el público de este país a un vecino con el que Pekín nunca ha tenido buenas relaciones, uniendo a través de la gran pantalla dos sociedades con más problemas comunes de lo que ellas mismas creían. El último de estos éxitos, "Dangal", una película sobre un padre indio que supera prejuicios sexistas al convertir a dos de sus hijas en campeonas de lucha libre, está batiendo récords en los cines chinos, donde ha recaudado ya 131 millones de dólares. El filme, protagonizado por Aamir Khan, gran estrella del Bollywood actual, está inspirado en la historia real de Geeta Phogat, una de las mejores luchadoras de la India, y en su padre, Mahavir Singh Phogat, quien con disciplina espartana la entrenó a ella y a su hermana en un deporte que parecía vetado a las mujeres. La película ya es el film extranjero más taquillero de la historia de China no proveniente de Hollywood, y figura entre los 50 más vistos de todos los tiempos en el que ya es el segundo mayor mercado cinematográfico del mundo.
El filme está inspirado en la historia real de Geeta Phogat, una de las mejores luchadoras de la India, y en su padre, Mahavir Singh Phogat, quien la entrenó a ella y a su hermana en un deporte que parecía vetado a las mujeres.
"Es un hito que debe inspirarnos, muestra que los espectadores de nuestro país están buscando mayor diversidad", destacó Gao Qunyao, directivo de la multinacional Wanda, la mayor distribuidora cinematográfica del mundo. De acuerdo con el periodista indio radicado en Pekín Kjm Varma, habitual comentarista sobre las relaciones entre las dos potencias asiáticas, esta película y otras del subcontinente que en años recientes han logrado éxitos en China han hecho comprender a los espectadores chinos que no son tan diferentes a la sociedad india. "La relación entre el padre y sus hijas, los esfuerzos por lograr éxito en la vida, la motivación de las niñas o la presión que sufren las clases medias probablemente muestran similitudes entre las dos sociedades", comenta Varma. El filme, que también ha logrado grandes éxitos en la India, está dando mucho de qué hablar en China, donde algunos lo consideran una de las mejores películas de temática deportiva jamás rodadas -la selección de baloncesto china ha sido obligada a verla para que les inspire- pero también ha generado muchos debates. Reconocidas feministas chinas, por ejemplo, han criticado al protagonista del filme por su dureza con sus hijas, una polémica que según Varma también se ha abierto en la propia India, indicando una vez más la similitud entre los dos países. Además, recuerda, el éxito llega justo cuando China y la India viven uno de sus momentos más fríos en las relaciones políticas, debido al temor indio ante las "Nuevas Rutas de la Seda", el gran proyecto de expansión económico de Pekín en Asia y otros continentes.
Algunos la consideran una de las mejores películas de temática deportiva jamás rodadas, la selección de baloncesto china ha sido obligada a verla para que les inspire en su desempeño profesional.
"India lo ha boicoteado, por preocupaciones en torno a su soberanía (...) pero justo ahora esta película muestra que la cultura puede jugar un gran papel de acercamiento de los dos gigantes", opina el comentarista indio. China y la India también llevan enfrentados durante décadas por desacuerdos fronterizos (que les llevaron a una breve guerra en 1962), o por el hecho de que el Dalai Lama, líder tibetano en el exilio, resida en territorio indio desde su huida en 1959. Antes que "Dangal", a principios de este año la coproducción chino-india "Kung Fu Yoga" -un título que por sí solo retrata deseos de fundir ambos países- logró aún mayores éxitos de taquilla al recaudar 255 millones de dólares, la cuarta mejor marca histórica en el mercado chino. Ese filme, una película de aventuras de arqueólogos en el Tíbet que recuerda a la saga hollywoodiense de Indiana Jones, contaba con el valor seguro de estar protagonizado por Jackie Chan, la estrella hongkonesa de las artes marciales. Otras dos películas indias protagonizadas por Aamir Khan, "Tres idiotas" y "P.K.", también lograron éxito en China en años anteriores. La primera de ellas, estrenada en 2009 y que gira en torno a la presión que sufren los escolares de manos de profesores y padres -otro problema tan indio como chino- consiguió según los críticos "romper la Gran Muralla" que separaba a los espectadores de China y la India, los dos mayores mercados del cine tras Hollywood. En China se considera que este brote de popularidad del cine indio lo devuelve a un estatus que ya llegó a tener en los años 50, cuando la estrella del Bollywood de entonces, Raj Kapoor, triunfaba en las grandes pantallas de los primeros años del maoísmo (muchos ancianos chinos aún recitan las canciones de sus filmes).