Con fiestas y regalos, la India celebra hoy el Diwali o Festival de las Luces, este año marcado por la decisión del Tribunal Supremo de prohibir en esta capital la venta de fuegos artificiales para evitar mayores niveles de contaminación. Para la tradición hindú, el Diwali marca el inicio del nuevo año de su calendario y conmemora la vuelta del dios Rama tras 14 años en el exilio y su victoria sobre el demonio Ravana. Como es habitual, durante los festejos las personas limpian y renuevan sus casas y oficinas, se compran ropa nueva y obsequian a sus amigos y parientes dulces y presentes. Por estos días, Nueva Delhi, al igual que el resto del país, es engalanada por velas, candelabros de aceite, bombillos o lámparas eléctricas que adornan casas, negocios, instituciones y calles para dar un toque luminoso a la fiesta.
Un elemento permanece intacto en todas las tradiciones: la celebración de la victoria del bien sobre el mal, de la luz sobre las sombras, lo que nos habla del profundo sentido humano de este festejo.
De todos los festivales indios, Diwali es sin dudas el más importante y glamoroso, y a este se unen personas de todas las religiones indias: hindúes, jainistas, budistas y sijs, cada una de ellas con su propia interpretación del festival. Incluso, dentro de los hindúes existen diferencias en cuanto a la celebración que se realiza en esta fecha en dependencia del lugar donde habitan. En el norte de la India se celebra la historia del regreso del rey Rama a Ayodhya después de derrotar a Ravana encendiendo filas de lámparas de arcilla. El sur festeja el día en que Krishna derrotó al demonio Narakasura.
El Tribunal Supremo de la India prohibió la venta de fuegos artificiales hasta el próximo mes como parte de las medidas para enfrentar la contaminación ambiental en esta urbe.
Mientras, en el oeste, el festival marca el momento en que Visnú, (uno de los principales dioses de la trinidad hindú) envió al demonio Bali a gobernar el mundo inferior. A pesar de estas distinciones en el mito inicial, un elemento permanece intacto en todas las tradiciones: la celebración de la victoria del bien sobre el mal, de la luz sobre las sombras, lo que nos habla del profundo sentido humano de este festejo. El 9 de octubre el Tribunal Supremo de la India prohibió la venta de fuegos artificiales hasta el próximo mes como parte de las medidas para enfrentar la contaminación ambiental en esta urbe. Los estudios confirman que el día posterior al Diwali es el más contaminado en esta capital debido a los millones de petardos disparados en la noche anterior para celebrar la fecha.