El arte y la cultura son vistos como un acto de resistencia por Tsitsi Dangarembga, autora de la novela “Condiciones nerviosas” - la primera escrita por una mujer en Zimbabwe -, quien estuvo en el municipio mexicano de Xalapa acompañada por las traductoras Nair Anaya e Irlanda Villegas para impartir la conferencia “Género y asimetrías en el acceso a la educación”. Además de puntualizar la importancia que tiene que la educación sea accesible por igual para hombres y mujeres, Tsitsi Dangarembga habló sobre la literatura, el cine y el arte general, “el cual es tan poderoso que puede llegar a salvar vidas”.
“El arte - precisó - puede ser visto como un arbolito… como una manera de enfrentar lo duro de la vida”.
En el caso de la literatura, mencionó que antes de publicar sus obras, con las lecturas realizadas, logró darse cuenta de que muchos autores tenían como personajes a mujeres y hombres blancos cuyas experiencias eran distintas a las suyas, lo que la motivó a hablar de su país y de lo que allí se vive, dando cuenta de la diversidad cultural de las sociedades africanas que se han formado entre la invasión europea y las formaciones ancestrales de las poblaciones negras. Así fue el inicio de su proceso creativo-literario, mediante el análisis y comprensión de un país que se independiza en la década de los 60 y donde tiene que luchar contra la marginalidad en su propio territorio, ya sea como mujer o por ser de raza negra. En ese sentido, la escritora, dramaturga y cineasta nacida en Rhodesia del Sur (hoy Zimbabwe) opina que todas las bellas artes deberían hablarle a las masas a través de obras donde los seres humanos se puedan ver reflejados, pues sabrán que lo que están experimentando, otros ya lo han vivido y han salido adelante.
Opina que todas las bellas artes deberían hablarle a las masas a través de obras donde los seres humanos se puedan ver reflejados.
“El arte - precisó - puede ser visto como un arbolito… como una manera de enfrentar lo duro de la vida”. Y es que Tsitsi Dangarembga considera que el acompañamiento en procesos difíciles es fundamental, y el arte puede tener esa función, “puede ser visto como un acompañante que muestra cómo aguantar la respiración para luego estar listo para soltar y volver a respirar, a comenzar de nuevo y seguir adelante”. Afirma que lograr esto requiere de algo indispensable: “hablar de lo que se ha vivido, porque es la manera idónea para llegarle a la gente y tocar su lado sensible”.