Entre murales que se han hecho famosos gracias a Instagram y verdaderas batallas de arte callejero, la creatividad de los artistas de Hong Kong florece desde hace algunos años y se extiende a sus muros y calles. La parte comercial de este movimiento artístico ocupó un lugar de honor hace escasos días con motivo de la sexta edición de Art Basel, la gran feria internacional del arte contemporáneo. Pero el arte está también en la calle. El británico Dan Kitchener, de 43 años, autor de murales, realizó este mes su tercera visita a Hong Kong, pintando escenas urbanas con aerosol en las calles estrechas y empinadas de la ciudad.
Una obra emblemática de Alex Croft tiene fama de ser el muro más fotografiado de la ciudad.
"Para mí Hong Kong desprende una sensación particular, su escala inmensa y sus rascacielos, y luego estos minúsculos callejones", dijo el artista mientras pintaba la pared de un bar. A Kitchener le gusta especialmente reproducir las luces de neón, los reflejos y la lluvia que ya le habían cautivado en Tokio. El artista terminó de pintar un mercado callejero con muchos detalles en el barrio de negocios de Wan Chai antes de atacar la pared de un bar de Central, en el corazón de la ciudad. Justo delante del bar hay un fresco emblemático en el que tiene fama de ser el muro más fotografiado de la ciudad, firmado por Alex Croft. Reproduce hileras de casas antiguas sobre un fondo azul brillante.
"Para mí Hong Kong desprende una sensación particular, su escala inmensa y sus rascacielos, y luego estos minúsculos callejones".
Hong Kong no tiene un museo de arte de renombre internacional y las grandes exposiciones raramente llegan hasta la ciudad, donde a veces también es difícil obtener autorización para organizar espectáculos públicos. Pero la demanda creciente en Asia, sumada a un número cada vez más importante de exposiciones empieza a cambiar la situación. En 2015, un mosaico del artista callejero francés Invader fue vendido por Sotheby's por dos millones de dólares de Hong Kong (255.000 dólares), un récord mundial. El mosaico representaba a Hong Kong Phooey, un perro enmascarado experto en artes marciales y personaje de un dibujo animado estadounidense de los años 1970.