El Quijote cabalga en la lengua guaraní

El ingenioso hidalgo de Cervantes se ha transformado en el “Kihote Guaraní”, gracias a la primera traducción de la obra que se acaba de presentar en Paraguay. 
Redacción Llibres - 2017-02-06
Don Quijote de la Mancha se convirtió en el "kihote Guarani", con la nueva versión de las hazañas del "ingenioso hidalgo" que fue lanzada este año en Asunción del Paraguay.

En esta primera adaptación al idioma guaraní "Kihote" cabalga sobre "Ro-sinante" por la avenida del Palacio de López (sede de Gobierno), el edificio legislativo y la Catedral de Asunción, cuando no recorre en compañía de su fiel escudero "Sácho" las ruinas de las reducciones jesuitas.

"Kihote Guarani" es una obra encargada por el Instituto Cervantes al sacerdote jesuita español Bartomeu Meliá, lingüista y antropólogo, autor de una veintena de libros, en general investigaciones basadas en la evolución de la cultura guaraní.

Meliá, un mallorquino de 84 años que tiene casi siete décadas viviendo entre Argentina, Brasil y Paraguay, llevó a cabo esta edición en coordinación con cuatro traductores guaraníes. Se trata de un libro que incluye numerosas ilustraciones para concitar el interés de niños y jóvenes del área rural.

"En Paraguay ni los creyentes entienden si en la misa no les graficamos los mensajes bíblicos en guaraní", subraya Meliá sobre la lengua indígena que habla más del 75% de los siete millones de habitantes de Paraguay.
"Vámonos a Paraguay, dijo Kihote al amanecer de aquel día...", comienza la narración de esta nueva versión de poco menos de 200 páginas, repleta de ilustraciones.
"Vámonos a Paraguay, dijo Kihote al amanecer de aquel día...", comienza la narración en esta versión enciclopédica de poco menos de 200 páginas apoyadas por dibujos que recrean las desventuras del secular personaje de Miguel de Cervantes.

Los textos se toman libertades que llevan al hidalgo de Cervantes a citar a autores guaraníes. Sobre Paraguay dice que "es una ínsula (nación) no rodeada de agua sino de tierra, al otro lado del océano", en una referencia al escritor paraguayo Augusto Roa Bastos ("Yo, el Supremo").

"El guaraní tiene las palabras precisas para transmitir las emociones del autor", indicó Mirtha Martínez, especialista en la traducción del idioma.

Para el académico del guaraní, Tadeo Zarratea, "no se le puede privar a ningún pueblo acceder a una obra que es patrimonio de la humanidad".

Zarratea, catedrático y magistrado, tradujo en 2015 el capítulo 55 de la novela de Cervantes junto a Domingo Rivarola, a pedido del Ayuntamiento del Toboso, España.
La traducción del Quijote al guaraní es considerado un aporte que ayuda al proceso de recuperación social del idioma, según destacan en Paraguay.
"El Quijote en guaraní es de alto interés educativo. Es un aporte que ayuda al proceso de recuperación social de nuestro idioma", dijo Gloria Pereira Parquet, directora general del Ministerio de Educación que tiene planes para traducir otras grandes obras clásicas de la literatura universal.

En el capítulo de "Las bodas de Camacho", el ambiente de fiesta toledano se traduce a la costumbre paraguaya del asado, con conjuntos musicales de arpas y guitarras y hasta un avivado perro de la calle que se roba una ristra de chorizos.

La bella y amada Dulcinea se pronuncia Endarusinea en el minucioso trabajo que le llevó 10 años años a Meliá y sus traductores.

La vigencia del guaraní como lengua de uso habitual masivo de Paraguay se remonta a los tiempos del aislamiento cuando Felipe IV dividió las provincias y convirtió a la de Paraguay en mediterránea, recuerda el historiador Jorge Rubbiani.

"Desde antes de la llegada de los jesuitas (1600) esta región fue olvidada por el Reino de España porque no encontraron el pretendido El Dorado", explica el experto.