La dinastía Ming vs. la mirada occidental sobre China

Analistas internacionales proponen una comparación de ambas culturas para entender algunos preconceptos sobre la supuesta "hegemonía china".
Agencia Xinhua - 2024-01-27
Las suposiciones occidentales de la "hegemonía china" reflejan sus propios prejuicios e ilustran una noción preconcebida de que cualquier nación poderosa inevitablemente buscará la supremacía.
   
La plataforma de revistas de política pública "Pearls and Irritations" remarcó que Occidente ve a China a través de sus propios ojos y, por eso, le atribuye a China las acciones que Occidente tomaría en situaciones similares.
   
No es difícil comprender esta motivación inexacta pero rastreable. "Los analistas occidentales se remontan a la historia europea en busca de soluciones a contextos geopolíticos que inevitablemente se basan en conceptos de hegemonía", señala la plataforma.
   
Históricamente, muchas potencias occidentales, incluidos España, los Países Bajos, Reino Unido y Francia, establecieron un dominio hegemónico mediante la agresión militar, la explotación colonial y la opresión. Su búsqueda de hegemonía a menudo se desarrolló en medio de conflictos y guerras en siglos pasados.
   
La hegemonía occidental llegó de la mano de la colonización y el trágico saqueo de los países en desarrollo, como observó el académico paquistaní Ikramul Haq. Sin embargo, la mentalidad hegemónica no murió con las dos Guerras Mundiales, y algunos países occidentales todavía siguen atrapados en dicha mentalidad hegemónica.
En la dinastía Ming, el navegante chino Zheng He se embarcó en siete viajes, estableciendo relaciones amistosas con más de 30 Estados.
Si bien muchos países en desarrollo han logrado su soberanía después de largos años de luchas, continúan enfrentando opresión y bloqueos bajo el orden internacional dominado por Occidente. Esto quiere decir que el espectro de la hegemonía persiste, moldeado por una historia de colonización y violencia. 
   
Por lo tanto, la creencia de que los países poderosos tienden a buscar la hegemonía ha dominado el mundo occidental.
   
Sin embargo, los observadores occidentales deben reconocer tajantes distinciones entre China y Occidente en términos de cultura, historia y trayectoria de desarrollo.
   
A pesar de su fuerza, China se abstuvo de realizar expansiones e invasiones militares. Durante la dinastía Ming, el navegante chino Zheng He se embarcó en siete viajes, estableciendo relaciones amistosas con más de 30 Estados, en contraste con el sometimiento occidental de otras naciones.
   
La filosofía política de China prioriza la paz, la armonía y el bienestar global. Esto se alinea con sus principios de desarrollo y su concepto estratégico de mejorar la fuerza nacional sin buscar la hegemonía, como dijo el académico tailandés Wirun Phichaiwongphakdee.
   
A diferencia de los paradigmas egoístas de Occidente, China abraza la inclusión, el respeto mutuo entre civilizaciones y el enfoque justo de cada país hacia el desarrollo. Su búsqueda de la armonía ayuda a fomentar un orden mundial más inclusivo definido por los intercambios y el aprendizaje mutuo entre civilizaciones.
   
Cuando China y Nicaragua establecieron una asociación estratégica, el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, dijo que China vino a darle la mano a Nicaragua. Señaló que los países imperialistas deberían aprender de China y luchar por la paz. También subrayó las importantes contribuciones de China para ayudar a las personas de los países en desarrollo a lograr una prosperidad compartida y elevar sus niveles de vida.
La hegemonía occidental llegó de la mano de la colonización y el trágico saqueo de los países en desarrollo, sostiene el paquistaní Ikramul Haq.
En un mundo donde todavía prevalece la mentalidad hegemónica, la búsqueda de un desarrollo pacífico por parte de China ofrece lecciones para otras naciones. El rápido desarrollo del país ha captado la atención de muchos interesados en explorar nuevas formas de hacer prosperar la civilización humana.
   
"La modernización china ofrece muchas lecciones valiosas a los países en desarrollo", afirmó Phichaiwongphakdee. En su opinión, la Iniciativa de la Franja y la Ruta sirve a los intereses de los países en desarrollo por su cooperación en infraestructura e innovación tecnológica y les ayuda a participar de la gobernanza global.
   
En línea con Phichaiwongphakdee, Gabriel Merino, profesor adjunto de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina, dijo que a pesar del hegemonismo aún rampante en todo el mundo, China ha abierto con éxito un camino de desarrollo pacífico, proporcionando una excelente experiencia y referencia para otros países en desarrollo.
   
El firme compromiso de China con la paz en la comunidad internacional refleja su visión más amplia de cooperación global y prosperidad compartida. El país asiático no tiene ningún interés en buscar la hegemonía. Mientras esta histeria sobre la "hegemonía china" refleja una mentalidad política estrecha, China continúa aprovechando su influencia para el bien global.