A los chinos les encanta la simetría, que implica elementos reflejados a lo largo de un eje central, creando una composición equilibrada y armoniosa que también es visualmente atractiva. El eje central es muy importante para los chinos, ya que el equilibrio y la armonía son elementos clave en su filosofía y vida cotidiana. "Eje Central de Beijing: un conjunto de edificios que exhibe el orden ideal de la capital china" fue nombrado Patrimonio de la Humanidad en la 46ª reunión del Comité del Patrimonio Mundial en Nueva Delhi, India, convirtiéndose en la entrada número 59 de China en la selecta lista mundial. Con más de 700 años de historia y desarrollo urbano, Beijing ahora es la capital imperial más grande de China y un modelo clásico de la antigua planificación urbana. La ciudad vieja de Beijing ocupa un lugar destacado en la historia mundial de la planificación y el desarrollo urbano. Hicimos un viaje a lo largo del Eje Central y sus alrededores para acercarse a los palacios, templos y altares, puentes y puertas de la ciudad, así como a las personas que viven allí, y exploraron cómo encarna la filosofía china de la "neutralidad y armonía". 'Alma' y 'columna vertebral' de Beijing Conocido como "el alma y la columna vertebral de Beijing" y "el eje central norte-sur más largo del mundo", el Eje Central de Beijing es una maravilla arquitectónica que abarca 7,8 kilómetros desde las Torres de la Campana y el Tambor, en el norte de la ciudad, hasta la Puerta de Yongdingmen, en el sur. Compuesto por 15 componentes patrimoniales, en términos de patrimonio cultural está clasificado como un "complejo de edificios". Establecido durante la dinastía Yuan (1279-1368) y desarrollado aún más a través de las dinastías Ming y Qing (1368-1911), este eje encarna la precisión simétrica y la grandiosidad que caracterizaron la antigua planificación urbana china. Como elogió el famoso arquitecto chino Liang Sicheng, "el orden espacial único, sublime y magnífico de Beijing fue generado por este eje central".
Abarca 7,8 kilómetros desde las Torres de la Campana y el Tambor, en el norte de la ciudad, hasta la Puerta de Yongdingmen, en el sur. Compuesto por 15 componentes patrimoniales, en términos de patrimonio cultural está clasificado como un "complejo de edificios".
Históricamente, el Eje Central ha sido el corazón de Beijing, albergando importantes monumentos y sitios que representan el desarrollo político, social, económico y urbano de China. Los puntos de referencia clave, como las Torres de la Campana y el Tambor, la Ciudad Prohibida y el Templo del Cielo, están alineados a lo largo de este eje. Estas estructuras no solo simbolizan el poder imperial o poseen un significado religioso, sino que también resaltan la meticulosa planificación y el ingenio arquitectónico de la antigua sociedad china. El Comité del Patrimonio Mundial reconoció que el Eje Central de Beijing cumple los criterios de selección 3 y 4 de la Lista del Patrimonio Mundial: dar un testimonio único o excepcional de una tradición cultural o de una civilización que aún vive o que ha desaparecido; o ser un ejemplo sobresaliente de un tipo de edificio, conjunto arquitectónico o tecnológico, o paisaje que ilustre etapas significativas de la historia de la humanidad. Los expertos en patrimonio afirmaron que la singularidad del Eje Central de Pekín llena un vacío en la Lista del Patrimonio Mundial con respecto a los ideales del paisaje urbano y los tipos de grupos arquitectónicos centrales en Oriente, que representan una singularidad irremplazable y poseen un valor universal excepcional. Lü Zhou, director del Centro del Patrimonio Nacional de la Universidad de Tsinghua, precisó que, si bien muchas ciudades europeas medievales de la Lista del Patrimonio Mundial evolucionaron orgánicamente con influencias de la religión, el comercio y los sistemas municipales, generando intrincados núcleos urbanos, Beijing fue planificada y construida de manera única como una ciudad central global ideal, creando el Eje Central en el corazón de este diseño urbano meticulosamente diseñado. Jiang Bo, profesor del Instituto de Patrimonio Cultural de la Universidad de Shandong, considera que el Eje Central de Beijing es una "obra maestra" con un encanto oriental único en la historia de la planificación urbana mundial. "El concepto de planificación urbana de este eje central norte-sur tiene una larga historia y una profunda influencia, que incluso se extiende a la península de Corea, Japón y Vietnam, convirtiéndose en un clásico oriental en la planificación urbana del mundo antiguo", recalcó. Renacimiento de una antigua reliquia La solicitud para el Eje Central de Beijing como Patrimonio de la Humanidad duró 12 años. Y no solo ha implicado la dedicación de expertos en el ámbito del patrimonio, sino también la participación entusiasta del público en general, que ha sido crucial. El voluntario Fan Laiyou es uno de ellos. Mientras las luces de la calle parpadean acompañado por una bandada de palomas volando en el cielo, Fan, nativo de Beijing y de unos 60 años, comienza su patrulla nocturna de rutina a lo largo de los hutong, o callejones tradicionales, serpenteando alrededor del pie de las Torres de la Campana y el Tambor.
Como elogió el famoso arquitecto chino Liang Sicheng, "el orden espacial único, sublime y magnífico de Beijing fue generado por este eje central".
Fan y algunos de sus vecinos se embarcaron en patrullas voluntarias hace siete años, ayudando a mantener la seguridad del vecindario y supervisando la salud de las reliquias culturales, así como de los edificios históricos alrededor de las Torres de la Campana y el Tambor. "Nos ponemos en contacto con las autoridades tan pronto como descubrimos cualquier daño en los edificios antiguos", asegura Fan. Los residentes a lo largo del Eje Central como Fan no lo hacen por dinero. Ellos protegen la seguridad de sus hogares. La conciencia pública sobre la preservación y el cuidado del Eje Central aumentó después de que se lanzaron en masa proyectos oficiales para conservar reliquias históricas e infraestructura a gran escala en las áreas relacionadas, incluidas muchas viviendas. Fan y sus vecinos vieron cómo los edificios y patios cercanos eran renovados uno por uno y el pavimento era reemplazado por ladrillo permeable. Incluso las farolas que se encontraban fuera de sus puertas se actualizaron por otras más brillantes. Ahora pueden disfrutar de una mejor vida cotidiana a lo largo del Eje Central. El propio desarrollo sostenible del eje también ha sido el centro de atención. A lo largo del eje se han puesto en marcha más de 100 proyectos de restauración del patrimonio cultural. Con vistas a las casas con patio de la ciudad junto a la Torre del Tambor, donde se encuentra la casa de Fan, el campanario de casi 48 metros de altura ha sido completamente restaurado y abierto al público desde 2022, mientras que una exposición digital inmersiva ofrece a los visitantes una imagen completa de la historia de la torre. El aspecto humano a lo largo del eje no es la única cuestión que se ha tenido en cuenta. Las instituciones gubernamentales también están tratando de construir el Eje Central como modelo de un ecosistema armonioso. El regreso de los vencejos de Beijing, que han sido testigos de los cambios históricos de la cioudad desde que empezaron a anidar en las puertas de entrada y los aleros del palacio en 1417, es sólo un ejemplo de estos esfuerzos. A pesar de que las actividades humanas han dañado a estas aves, diversas medidas, como el establecimiento de una base de datos recopilados por profesionales y aficionados, han llevado a que cada vez más vencejos regresen a su ciudad natal. Un compromiso de por vida Durante la sesión en la India, Li Qun, director de la Administración Nacional del Patrimonio Cultural, declaró que el título de "patrimonio mundial" en 2024 marca otro nuevo comienzo para el compromiso de China con la gestión vitalicia del Eje Central de Beijing. La "conservación inteligente" y las "pantallas digitales" son formas de arrojar luz sobre la sostenibilidad del Eje Central. En 2021 se estableció un centro de conservación dedicado al monitoreo, archivo y gestión del Eje Central. Con el apoyo de tecnologías como la inteligencia artificial y técnicas de teledetección y señalización móvil, se construyó un sistema de "alerta" digital para monitorear los peligros potenciales causados por personas, desastres naturales e incendios a lo largo del Eje Central. Más de 7.000 documentos que registran la historia y la ingeniería del Eje Central se digitalizaron. Zhou Ziyu, director del Departamento de Monitoreo del Centro de Conservación, resaltó que la tecnología inteligente ha impulsado la eficiencia de la gestión del sitio patrimonial y que el papeleo tradicional será reemplazado gradualmente por medios digitales. "El sistema funcionará como un ente vivo, lo que significa que se le agregarán nuevos datos todos los días para convertirlo en una enciclopedia del Eje Central de Beijing", remarcó Zhou. “En la era posterior al Eje Central, la "interpretación de valores" y la participación de la sociedad pueden mantener vivo el sitio patrimonial”, afirmó Deng Chao, director general de Reliquias Culturales y Sitios Históricos de la Administración Nacional del Patrimonio Cultural. Liderado por el gigante tecnológico chino Tencent, el proyecto digital "Patrullaje del eje Central" se lanzó hace varios años para involucrar a la gente común en la supervisión del sitio patrimonial a través de una plataforma en línea. Durante el segundo trimestre de 2024, alrededor de 19.411 voluntarios registrados subieron 76.317 fotos de su patrullaje. Con el paso de los años, el Eje Central se ha convertido en un cinturón cultural que ha dado lugar a nuevos hitos como el Estadio Nacional, también conocido como el Nido de Pájaro, y el Museo Nacional de Científicos Chinos Modernos, inaugurado en mayo. Estos hitos urbanos demuestran que el Eje Central, de más de 700 años de antigüedad, sigue siendo capaz de seguir el ritmo del crecimiento de la nación. "El patrimonio cultural requiere esfuerzos de conservación continuos y sostenidos. El Eje Central de Beijing requiere generaciones y generaciones de expertos que se comprometan con él y lo cuiden con una mentalidad y un amor rigurosos", concluyó Deng, director general de Reliquias Culturales y Sitios Históricos de la Administración Nacional del Patrimonio Cultural.