El escritor japonés Haruki Murakami es reconocido por sus maravillosas novelas y cuentos, entre ellas “Tokyo blues”, “1Q84” y “Crónica del pájaro que da vuelta al mundo”. Pero ahora, el eterno candidato al Premio Nobel de Literatura también se convirtió en protagonista de un nuevo videojuego, llamado “Memoranda”, que plantea una original aventura gráfica inspirada en su vasta obra. El sitio web especializado en videojuegos “Vandal” publicó un minucioso análisis de “Memoranda”, destacando que se trata de “una delicia para los sentidos, con un estilo visual muy peculiar y una banda sonora cuidada que logran transmitir ese aire lejano y casi místico de la obra de Murakami”. Esto supone que el juego está lleno de gatos, personajes que cocinan espagueti, situaciones extrañas que sus protagonistas asumen como algo cotidiano y experiencias existenciales que presentan un mundo en el que los sueños desempeñan un papel relevante y en el que la fantasía y la realidad se funden. “Memoranda” toma algunos de los elementos de los relatos cortos del autor japonés y los fusiona. Por citar los ejemplos más relevantes, la protagonista es la joven Mizuki, que, como en “El Mono de Shinagawa” olvida a veces su nombre y una de las subtramas lleva a buscar a un paquidermo, como en “El Elefante Desaparece”.
El juego está lleno de experiencias existenciales que presentan un mundo en el que los sueños desempeñan un papel relevante y en el que la fantasía y la realidad se funden.
Estamos, pues, ante un juego pensado para los amantes de la obra de Murakami, porque, además, es difícil entender lo que sucede si no conoces dichos relatos cortos. Hay personajes que están ahí sólo como referencia al autor japonés y subtramas que acaban de forma abrupta, dejando en el jugador la misma sensación de desamparo y desconcierto que logra en sus cuentos Murakami. La forma que el estudio Bit Byterz ha elegido para materializar este homenaje es la de aventura gráfica tradicional, y por tradicional entiéndase aquella que tiene un inventario en el que hay que combinar objetos entre sí, con algunas soluciones ilógicas de los puzzles y en la que no estaban los ahora tan populares hot spots que indican los puntos con los que se puede interactuar en cada escenario. Con esas influencias tradicionales extraña que, a veces, cuando intentas unir dos objetos del inventario o utilizar un objeto con el escenario, el juego te avisa de que "eso es algo que harías antaño" pero no ahora. Así eran en los años 90 las que se consideran algunas de las mejores aventuras gráficas de la historia de los videojuegos, pero lo que las hacía grandes no era esa dificultad, sino la historia que contaban y, sobre todo, cómo la contaban.
La protagonista Mizuki mira a la cara del jugador cuando hace un aparte y, si está un rato sin recibir una indicación, saca la libreta y revisa sus notas, sus memoranda, lo que le acerca al jugador.
Hay objetos y personajes con los que puedes interactuar y que no tienen ningún papel en la historia -lo que le da un toque interesante- y otros que están bastante ocultos, con lo que hay que recorrer con el cursor todos los escenarios cuidadosamente, sin dejar ni un pixel sin revisar, para que no se escape nada. El diseño artístico de Memoranda es uno de sus puntos fuertes: el estilo y la paleta de colores retro encajan muy bien con el realismo mágico de la obra de Murakami. Mizuki representa al tiempo la fragilidad y la determinación y cada personaje que aparece tiene fuerza y profundidad tanto en su aspecto como en el papel que desempeña. Mizuki mira a la cara del jugador cuando hace un aparte y, si está un rato sin recibir una indicación, saca la libreta y revisa sus notas, sus memoranda, lo que le acerca al jugador, lo mismo que las interacciones con algunos personajes que ayudan a reconstruir -o, mejor dicho, entrever- su historia. Los escenarios están llenos de detalles. Y lo mismo puede decirse de una bella banda sonora y unos muy adecuados efectos de sonido. En síntesis, Memoranda es una aventura gráfica diferente, dura de jugar en ocasiones por esas características clásicas a las que ya no estamos acostumbrados los jugadores y difícil de entender para quienes no estén familiarizados con la obra de Haruki Murakami. Pero quienes gusten de esa jugabilidad tradicional y conozcan los relatos y la iconografía del escritor japonés sin duda disfrutarán de cada pequeño homenaje a los relatos de Murakami.