Un museo universal. Con este calificativo fue inaugurado esta semana el Louvre de Abu Dabi, una iniciativa que fue lanzada hace diez años y que finalmente pudo presentarse al mundo como un mensaje de tolerancia. "Hoy se lanza un monumento cultural mundial: el Louvre de Abu Dabi reúne íconos del arte que reflejan el genio colectivo de la humanidad", dijo el jeque Mohamed justo antes de la inauguración oficial del museo situado en la isla de Saadiyat. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, fue uno de los asistentes a la ceremonia. "De forma indestructible - afirmó - nuestras religiones y nuestras civilizaciones tienen vínculos. Quienes quieren hacer creer en cualquier parte del mundo que el islam se construye destruyendo las otras religiones monoteístas son mentirosos y los traicionan". El dirigente de Abu Dabi, Macron y su esposa visitaron las inmensas salas blancas del museo, donde se cruzaron también al rey Mohamed VI de Marruecos, al presidente afgano, Ashraf Ghani, y al arquitecto del edificio, Jean Nouvel. La arquitectura del Louvre de Abu Dabi está inspirada en las medinas árabes, con un conjunto de 55 edificios blancos. Los visitantes podrán caminar por espacios con vistas al mar o bajo una cúpula de 180 metros de diámetro, compuesta de 7.850 estrellas de metal, que filtra los rayos del sol creando lo que Jean Nouvel denomina una "lluvia de luz". Un diseño que recuerda los palmerales y los zocos.
"Quienes quieren hacer creer en cualquier parte del mundo que el islam se construye destruyendo las otras religiones monoteístas son mentirosos y los traicionan", dijo el presidente francés.
Jean-Luc Martínez, presidente del Louvre en París, que viajó a Abu Dabi para la inauguración, explicó que el museo se había concebido "para abrirse a los demás" y "entender la diversidad" en "un mundo multipolar". El Louvre de Abu Dabi es "un museo universal, el primero del mundo árabe", declaró. Al contrario de los demás museos, cuyo recorrido propone una clasificación por estilos o civilizaciones, éste expone los temas universales y las influencias comunes entre las culturas, desde la prehistoria hasta nuestros días. En la misma sala se podrán ver por ejemplo un hoja del Corán Azul realizado en el siglo IX, una torá yemení de 1498 y dos volúmenes de una biblia gótica del siglo XIII. Pero la estrella del museo, según sus promotores, es "La belle ferronnière", un cuadro de Leonardo da Vinci prestado por el Louvre de París. Trece museos franceses colaborarán con el nuevo museo, aportando su experiencia y prestando 300 obras, incluido un autorretrato de Vincent van Gogh. Un acuerdo multimillonario El nuevo museo es fruto de un acuerdo intergubernamental firmado en 2007 entre París y Abu Dabi por un plazo de 30 años. El contrato, que incluye poder usar la marca del Louvre y la organización de exposiciones temporales, se eleva a 1.000 millones de euros (unos 1.159 millones de dólares), sin contar el coste real de la construcción del museo en los Emiratos, que nadie quiere revelar.
Trece museos franceses colaborarán con el nuevo museo, aportando su experiencia y prestando 300 obras, incluido un autorretrato de Vincent van Gogh.
La colección permanente de los Emiratos contará con unas 600 obras, de las cuales se expondrán 235 en la apertura. Se tomaron medidas excepcionales para garantizar la seguridad y la conservación de las obras, en un país donde las temperaturas superan los 40ºC en verano. El proyecto suscitó una polémica en Francia, donde algunas voces se indignaron ante el aspecto "mercantil" de la operación y "la venta de la marca" Louvre. Varias ONG, como Human Rights Watch, se mostraron por su parte preocupadas por las condiciones de los trabajadores inmigrantes en las obras, una denuncia que se fue apagando a lo largo de los años. El Louvre de Abu Dabi, cuya apertura se aplazó varias veces por problemas de financiación, es el primero en abrir sus puertas entre los tres museos previstos en el distrito cultural de Saadiyat. Deberían seguir el Guggenheim, concebido por el arquitecto canadiense Frank Gehry, y el Zayed National Museum, confiado al británico Norman Foster. La construcción del Guggenheim también lleva retraso y se ha convertido en un proyecto menos ambicioso, en un contexto de incertidumbre en los Emiratos, a raíz de la caída de los precios del petróleo, su mayor fuente de ingresos.