Jugar al fútbol a más de 3.600 metros y no morir en el intento es el desafío que espera a los rivales del Lhasa Chengtou FC, el primer club del Tíbet en formar parte de la liga profesional de China. Para los argentinos, la noticia trae a la memoria aquella sorprendente justificación del ex entrenador de la Selección Argentina, Daniel Passarella, después de la derrota sufrida en 1996 en la altura de Quito. “La pelota no dobla”, había dicho. Una sentencia que quizás algún DT chino se anime a reivindicar. Más allá de aquella inolvidable frase, lo concreto es que el equipo de la capital tibetana, cuyo estadio costó 735 millones de yuanes (110 millones de dólares), acaba de dejar atrás su estatus "amateur" después de ascender a la League Two, la tercera división china. Aunque quizás el equipo no pueda disputar sus partidos como local, debido a los 3.658 metros sobre el nivel del mar en el que se encuentra, el de mayor altitud de China, por las dificultades en las actividades físicas que provoca la escasez de oxígeno. Si bien los jugadores están autorizados a utilizar aerosoles de oxígeno colocados en la banda del terreno de juego para evitar las náuseas habituales en las personas sensibles al llamado "mal de altura", la federación china de fútbol analiza el potencial peligro para la salud que entraña jugar a esa altura.
"El fútbol está profundamente arraigado en la cultura local del Tíbet. Es realmente el deporte número 1!" explica Wang Dui, un directivo del club.
Una situación que se asemeja a la vivida en otras regiones del mundo con altitudes parecidas, como es el caso de La Paz, en Bolivia, donde sus 3.640 metros sobre el nivel del mar han suscitado el recelo de varios equipos y selecciones a disputar allí sus partidos. Deporte número 1 El Lhasa Chengtou, equipo compuesto principalmente por jugadores procedentes de China, selló su billete a la tercera división después de una eliminatoria a ida y vuelta ante el Shenyang Dongjin. El partido de ida fue trasladado al sur de China, a 4.000 kilómetros de Lhasa, oficialmente por problemas en el terreno de juego, aunque muchos mantienen la sospecha de que la razón principal radica en la altitud. El equipo tibetano se había impuesto en el primer partido 2-0, y perdió 1-0 en la vuelta. "El fútbol está profundamente arraigado en la cultura local del Tíbet. Es realmente el deporte número 1!" explica Wang Dui, un directivo del club. "Si vas a los barrios antiguos de Lhasa, al salir de las clases encontrarás niños jugando al balón por todos sitios", subraya.
Si bien los jugadores están autorizados a utilizar aerosoles de oxígeno para evitar el llamado "mal de altura", la federación china de fútbol analiza el potencial peligro para la salud que entraña jugar a esa altura.
¿Sacados en camilla? El club no lo tendrá fácil en un campeonato profesional, con un nivel mucho más alto. Además podría no lograr el permiso de la federación para disputar sus partidos en su estadio, equipado de una pista de atletismo y que puede acoger a más de 20.000 espectadores. Desde agosto, según mensajes publicados en las redes sociales, seis jugadores visitantes tuvieron que salir en camilla durante los partidos por el mal de altura. Unos datos desmentidos por la policía local. El Lhasa Chengtou fue fundado el pasado mes de marzo, pero el fútbol tiene una larga tradición en el Tíbet, donde llegó por medio de las tropas británicas.