Diane Wei Liang es la autora de “El ojo de jade”, una novela policial que se desarrolla en el Beijing moderno. La protagonista del libro es Mei, una mujer joven e independiente que trabaja en una agencia privada de detectives. Cuando un cliente le pide que encuentre una antigua piedra de jade robada durante la Revolución Cultural, Mei se ve obligada a profundizar en este oscuro periodo de la historia de China. Su investigación le lleva a la trastienda de Beijing y a un secreto tan bien guardado que, desenterrarlo, amenaza con destruir lo que Mei consideraba sagrado. - ¿Quién piensas que disfrutará leyendo “El ojo de Jade”? - “El ojo de Jade” es perfecto para cualquiera que quiera aprender cómo es la vida en China. El libro es entretenido, absorbente y transmite muy bien la historia, la cultura y la política de China. Debe ser interesante también para los lectores que disfrutan con las historias de misterio e intriga, pero que buscan además leer algo diferente a la típica estructura del género policiaco ¿quién es el culpable?. - “El ojo de jade” no es la típica novela policiaca. Habla también de las relaciones interpersonales y la responsabilidad. ¿Por qué crees que fue importante incluir la historia personal de Mei? - Quería que los lectores conocieran tanto a la Mei detective como a la Mei mujer joven e independiente. Esto es importante porque una vez que entiendes a Mei, comprendes también el mundo en el que ella vive. - ¿Puedes contarme algo más sobre Mei? ¿Quién es ella? - Se podría decir que ella es una “joven Miss Marple” que busca la verdad dentro de un laberinto de mentiras y secretos. Dejó un buen trabajo en el Ministerio de Seguridad Pública para convertirse en detective privado. Ella quiere hacer lo correcto, pero lo encuentra complicado. - Los personajes en la historia proceden de un amplio espectro de la sociedad. Desde los más ricos, dirigentes del gobierno, hasta trabajadores inmigrantes que viven en los barrios marginales de la ciudad. Leer el libro sirve para descubrir cómo es la vida en Beijing. ¿Es este uno de los temas del libro, enseñar a los lectores cómo es la vida allí?
"Beijing es un personaje más de la novela. Es una ciudad con historia, de buena apariencia, pero llena de contradicciones".
- Sí, “El ojo de jade” aparte de ser una lectura entretenida es, a la vez, un repaso por la historia, la política y la cultura de China. Es el libro perfecto para alguien que quiera aprender sobre mi país, pero que no está interesado en leerse un denso libro de historia. Mientras lees la novela, sigues a Mei por los barrios pobres, el antiguo mercado, la estación de tren, el hospital o lujosos hoteles. Descubres Beijing a través de sus ojos. Conocerás al nuevo rico, al pobre, a personajes sospechosos y a corruptos directivos. - Beijing está muy viva en la novela. ¿Hasta qué punto es importante el escenario en la novela? - Beijing es un personaje más de la novela, tanto como los de carne y hueso. Es una ciudad con historia, de buena apariencia, pero llena de contradicciones. Hay majestuosos palacios y amplios bulevares, aunque también callejones estrechos llamados hutong y apartamentos tan pequeños como una caja de cerillas donde las familias viven en condiciones paupérrimas. Algunas cosas no han cambiado en cientos de años hasta nuestros días, en los que la ciudad está sufriendo transformaciones increíbles. Beijing es un escenario perfecto para esta novela, en la cual los personajes tienen que luchar contra la historia, los conflictos y el cambio. Desde un punto de vista personal, veo Beijing como una ciudad con alma, grandiosa y fuerte, pero de corazón melancólico. Como las personas que viven en ella. Me encanta escribir sobre la ciudad. - “El ojo de jade” es una ligera novela policiaca, con partes divertidas, pero también con aspectos oscuros, como los campos de trabajo de Mao, la traición o la muerte. ¿Cómo combinas estos dos tonos dentro de la novela? - Debido a nuestra historia, la tragedia es algo natural para los chinos. Por esta razón, hemos aprendido a convivir con ella, pero mirando también las cosas buenas de la vida: la comida, la familia, el optimismo y el humor. - La pregunta inevitable. Escribiste “El ojo de jade” en inglés, ¿por qué no en chino? - Bueno, ésta es una pregunta que todo el mundo me hace. No creo que haya una respuesta satisfactoria. He vivido en Estados Unidos y en Reino Unido durante dieciocho años. El día a día de mi vida es en inglés, tanto en casa como en el trabajo. Cuando empecé a escribir hace unos años, era normal para mí hacerlo en inglés. Sin embargo, cuando lees el libro, te das cuenta de que hay muchas expresiones chinas en algunas formas de describir las cosas, en el diálogo. Algunas veces sentía que, aunque estaba escribiendo en inglés, mi mente pensaba en chino. - Pasaste parte de tu infancia en un campo de trabajo con tus padres. ¿Cómo fue? - Por un lado, fue maravilloso crecer en las profundas montañas del sudeste de China, una región de renombre por su belleza natural. Pero, por otro, fue muy duro, sobre todo para mis padres. Un año hubo una epidemia de hepatitis y mi hermana, que era todavía una niña, casi muere. Mis padres guardaron alguna que otra foto en blanco y negro de aquella época. Cada vez que las veo, pienso en lo dura y absurda que era la vida en China.
"Algunas veces cierro los ojos y puedo ver mi imagen en Tiannamen, al lado de los tanques o el cañón de las pistolas apuntando directamente".
- En 1989, participaste en el Movimiento Estudiantil por la Democracia y estuviste en la plaza de Tian’anmen. Todos recordamos la imagen del joven estudiante frente a la de la línea de tanques. ¿Crees que aquella experiencia te ayudó a formarte como escritora? - Fue increíble. Algunas veces cierro los ojos y puedo ver mi imagen al lado de los tanques o el cañón de las pistolas apuntando directamente. Me sorprendí al descubrir, cuando estaba escribiendo mis memorias “El lago sin nombre”, procuré – y lo logré para mi sorpresa - que aquella época no perdiera intensidad dentro del libro. Lo que mejor recuerdo es el sentimiento que todos teníamos en aquel entonces: un inmenso amor por nuestro país. Este amor perdura, tanto como la conciencia de responsabilidad social, como se puede observar en “El ojo de jade”. - Como escritora, ¿lees para inspirarte o por placer? ¿Qué te gusta leer? - Creo que por las dos cosas. No hago una preparación especial a la hora de escribir. Intento leer tanto como puedo de los mejores escritores. Me encanta leer toda la obra de un autor si me gusta cómo hace su trabajo. Por ejemplo, leí mucho a E. M. Foster, Scott Fitzgerald, Murakami and Annie Proulx. También me gustan Virginia Wolf, Evelyn Waugh y William Trevor. Acabo de leerme El mar, el mar, de Iris Murdoch, que pienso que es una autora fascinante.