El control del tiempo y sus ciclos naturales ha sido, desde los tiempos prehistóricos, una de las mayores conquistas que la humanidad ha realizado. Afirman muchos expertos que, sin un adecuado calendario, no se puede otorgar la categoría de civilización a una colectividad. Solo con esa premisa, la del dominio temporal, se podían situar en el pasado los principales hitos históricos. Un calendario sirve, además, para programar acontecimientos futuros, en especial las festividades ligadas a los ciclos de la agricultura o a las celebraciones religiosas. De ahí la enorme importancia y el esfuerzo que, desde siempre, se ha dedicado para crear calendarios adecuados para tales fines. Lógicamente, y al inicio de los tiempos, para buscar fenómenos periódicos sobre los que basar un calendario, se hubo de recurrir a la astronomía. Esta ciencia brinda tres magníficos periodos: la rotación de la Tierra sobre su eje y que da lugar a la sucesión de los días; a la lunación, que es el tiempo que transcurre entre dos lunas nuevas, y que origina los meses; y, por último, a la rotación de nuestro planeta alrededor del Sol, y que conlleva la aparición del año.
El cerdo trae muchas cualidades positivas: prosperidad, fuerza, organización, libertad, riqueza, fertilidad, generosidad y deseo.
En China, el calendario se ha vinculado desde hace miles de años, a un ciclo lunisolar basado en los tiempos de la agricultura. Así pues, se divide el año en 24 etapas tomando como referencias los factores climáticos y los ciclos de los seres vivos, y sirve tradicionalmente para pronosticar el cambio del tiempo y orientar en las faenas agrícolas. Enriquecido generación tras generación, se sistematizó en la obra llamada El Calendario General durante el reinado del emperador Wu de la dinastía Han (汉, 206 a.C.-220 d.C.) en el año 104 a.C. Según el calendario tradicional chino este 2019 será el 4717. Dicha cifra proviene del inicio del reinado del mítico Emperador Amarillo, Huangdi, en el 2698 a.C. Si a ese número de años antes de Cristo le sumamos los del año 2019 de ahora, obtenemos el 4717 siguiendo el modelo antiguo. En el calendario gregoriano, el inicio de la Fiesta de la Primavera, que es como se nombra al Año Nuevo Chino, corresponde al periodo comprendido entre el 21 de enero y el 19 de febrero, es decir, los 29,5 días de un ciclo lunar. En lo que llevamos de siglo XXI las fechas en que más pronto y más tarde entró el Año Nuevo Chino, respectivamente, fueron en 2004 (22 enero) y en 2015 (19 de febrero). El inicio de este ciclo lo da la segunda luna nueva desde el solsticio de invierno y termina, 15 días después, con la Fiesta de los Farolillos que se celebra durante la primera luna llena del año. Este año comienza el 5 de febrero de 2019 y finalizará el 24 de enero de 2020. El animal que le corresponde del horóscopo chino es el Cerdo de Tierra, el último de los doce que componen la serie de animales que tiene el siguiente orden: rata, buey, tigre, conejo, dragón, serpiente, caballo, cabra, mono, gallo, perro y cerdo. Así que el 4 de febrero de este año concluye el Año del Perro de Tierra que da paso al final de la serie con el del cerdo, también conocido en nuestra lengua en diversas zonas de Iberoamérica como jabalí, verraco o chancho. Y el próximo 25 de enero del año 2020 se iniciará una nueva serie de doce años que inaugurará la Rata de Metal.
El próximo 25 de enero del año 2020 se iniciará una nueva serie de doce años que inaugurará la Rata de Metal.
Además, se deben combinar con la serie de animales los cinco elementos, con el siguiente orden: madera, fuego, tierra, metal y agua; y que se repiten durante dos años seguidos. Así que, como hay 12 animales (uno por año) y 5 elementos que se combinan con cada animal; solo se repite animal y su mismo elemento cada 60 años (12 animales por 5 elementos). Es decir, el anterior Año del Cerdo de Tierra se inició el 8 de febrero de 1959. También los animales se distinguen entre sí, alternativamente en su orden, por su polaridad yang: rata, tigre, dragón, caballo, mono y perro; o yin: buey, conejo, serpiente, cabra, gallo y cerdo. La tradición de otorgar un signo del Zodíaco (黄道带, huángdào dài) a los recién nacidos hace que el signo que le toca a cada persona dependa del año en el cual ha nacido. Así pues, las características del animal otorgado determinarán el carácter, los sucesos o, incluso, la suerte de esa persona durante el año de su signo. En China, una de las preguntas que se suele hacer cuando se conoce a una persona es: “Y tú, ¿de qué animal eres?” Así se puede averiguar su edad puesto que casi todos saben la sucesión de los doce animales del horóscopo chino. Y no es fácil ocultar la edad con una diferencia de doce años. Si, además, sabemos el elemento natural de dicho animal, el error con la edad ya es imposible porque solo hay coincidencia del mismo animal y elemento natural cada 60 años. Este 2019 del Cerdo de Tierra, según algunos pronósticos, será auspicioso porque la marca de la Tierra, con polaridad yin y asociado al planeta Saturno, transmite energías positivas. Dicho elemento confiere flexibilidad, modestia e intuición a quienes logren dejarse llevar por su aura benefactora. La suerte acompañará a la mayoría de los nativos de los 12 signos del horóscopo chino durante este año y no solo a los más favorecidos. El cerdo trae muchas cualidades positivas: prosperidad, fuerza, organización, libertad, riqueza, fertilidad, generosidad y deseo; pero pocas negativas: ira, ignorancia y equivocación. Su simbología cultural en China está relacionada con la buena suerte, riqueza, desinterés, progreso y bienestar. Unos conceptos que definen la interpretación espiritual de este animal auspicioso.