“Lo que quería mostrar es que mi generación, la de los milenials, de entre 25 y 35 años, tenemos un problema con la intimidad. Nos resulta fácil tener relaciones sexuales, pero no comunicarnos, ser honestos, auténticos. No nos dejamos conocer y, cuando lo hacemos, nos sentimos débiles”, explicó la joven directora israelí Hadas Ben Aroya, de 28 años, tras recibir el premio Ástor de Oro a la Mejor Película de la Competencia Internacional de la 31ª edición del Festival de Cine de Mar del Plata. Los vaivenes sentimentales están contados con gracia en la película “People that are not me”. La protagonista, Joy, viene de una ruptura reciente y, mientras trata sin éxito de recomponer esa relación, se siente atraída por Nil, un narcisista que le da cabida sólo hasta cierto punto. En el medio aparece Owen, que es más afectuoso pero no tiene química con Joy. Dado el eterno conflicto en Oriente Medio, suele esperarse de Israel un cine político. Pero Ben Aroya es una de las excepciones: “Casi todas nuestras películas lo son, por eso yo no quería hacer nada cercano a la política. Quizá la situación nos afecte de algún modo en las relaciones sentimentales, pero yo no quería poner el foco ahí. Por eso, también dejé a la familia y las amistades fuera”. Para el catálogo del festival, escribió: “La sociedad occidental les enseña a los jóvenes que son como pequeños unicornios especiales. Bueno, yo no. Y quería hacer una película sobre todos aquellos que crecieron pensando que eran unicornios, sobre mis amigos y sus vida no-unicornianas. (…) Con suerte, si el espejo que pongo es lo suficientemente claro, los haré reír al verse a sí mismos intentándolo”.