Es el otro Murakami. No el célebre escritor que se convirtió en best seller con sus maravillosas novelas. Sino Takashi Murakami, el no menos famoso artista contemporáneo japonés que un día decidió abandonar sus tradicionales obras para sumarse a lo que se denominó “Superflat”, una tendencia artística que combina la bidiomensionalidad y la fusión entre el arte tradicional japonés, con el anime, el manga y el Pop Art. De ahí, que pronto se lo empezó a llamar el Andy Warhol japonés. En efecto, Takashi Murakami es un artista único que ha expuesto sus obras en los salones de Versalles, la Parco Gallery de Tokio, la Fondation Cartier de París, el Rockefeller Center de Nueva York, el MOCA de Los Ángeles, el Brooklyn Museum de Nueva York, el Museum für Moderne Kunst de Frankfurt y en el Museo Guggenheim de Bilbao, entre otros lugares de renombre internacional.
Uno de los trabajos más difundidos de Takashi Murakami fue el realizado con la empresa Louis Vuitton. La tradicional firma logró renovar su imagen externa y, además, accedió con un socio de lujo al competitivo mercado asiático.
Más allá de estas exposiciones tradicionales, su gran éxito ha sido expresar su técnica artística en productos de uso cotidiano, como zapatillas o tazas, lo que logró popularizarlo aún más. Una de sus últimas creaciones ha sido una serie de botellas con diseños de arte pop, especialmente realizadas para la firma Shu Uemura. Entre sus colaboraciones más famosas se encuentran las realizadas con Louis Vuitton. La combinación del savoire faire francés con los dibujos y colores más propios del manga hicieron que Louis Vuitton se renovara como firma y, además, se transformara en puente entre el mercado del lujo parisino y los ávidos compradores asiáticos.