A pesar del confinamiento generalizado por la pandemia del coronavirus, melómanos de todo el mundo recordaron en estos días, el centenario del nacimiento del sitarista indio Ravi Shankar, quien exportó la música clásica de su país e influyó con sus sonidos nada menos que a Los Beatles. Shankar nació el 7 de abril de 1920 en la ciudad sagrada de Varanasi, en el seno de una familia de brahamanes de origen bengalí. Se formó con el famoso músico Allauddin Khan y en la década del 50 estuvo en contacto con el violinista estadounidense Yehudi Menuhin, quien quedó fascinado por su música. Durante un viaje a Europa coincidió con el integrante más espiritual de Los Beatles, George Harrison, quien introdujo el sitar por primera vez en la canción "Norwegian Wood (This bird has flown)", del álbum "Rubber Soul" (1965).
Después de conocer a Shankar, George Harrison introdujo el sitar por primera vez en la canción "Norwegian Wood (This bird has flown)".
De esta manera se fue consolidando la influencia de los sonidos clásicos de la India en la música occidental. Uno de los hitos que ratificó el prestigio de Shankar fue su participación en el Festival Internacional de Música Pop de Monterrey, uno de los inicios del "Verano del Amor" que marcó el movimiento Hippie en la California de 1967. También actuó en el Festival de Woodstock dos años más tarde en Bethel, Nueva York, aunque al poco tiempo se distanció de la cultura hippie por la mezcla de drogas y música y, sobre todo, por la incomprensión y tergiversación de la espiritualidad india asociada con ella. "Los diferentes tipos de música, ya sea vocal o instrumental, oriental u occidental, clásica, pop o folk de cualquier parte del mundo, pueden ser espirituales si tienen el poder de conmover el alma de una persona y trascender el tiempo por un momento", supo explicar sobre la música, según recoge la Fundación The Ravi Shankar.
"Los diferentes tipos de música pueden ser espirituales si tienen el poder de conmover el alma de una persona y trascender el tiempo por un momento" (Shankar).
Un evento con el que buscaban honrar la larga carrera de Ravindra Shankar Chowdhury -Ravi Shankar- que abarcó casi siete décadas y que terminó el 11 de diciembre de 2012 con su muerte. En ese tiempo el artista indio se alzó con cinco premios Grammy y fue nominado al Oscar por su música en la película "Gandhi" en 1982, una faceta de compositor de bandas sonoras que había comenzado en la década de 1950 con la ya clásica "Trilogía de Apu", del cineasta bengalí Satyajit Ray. Entre los premios Grammy que recibió se destaca el logrado por el Concierto de Bangladesh (1971), un acto benéfico que organizó junto al “Beatle” George Harrison para recaudar fondos contra la hambruna que padecía Bangladesh tras su independencia de Pakistán, que contó con actuaciones como la de Bob Dylan. También obtuvo el reconocimiento de diversos gobiernos, entre ellos el indio, que le otorgó en 1999 el Bharat Ratna, la más alta condecoración civil del país, y fue investido doctor Honoris Causa en 14 universidades de todo el planeta. En una debate digital realizado esta semana en España, el sitarista Gaurav Mazumder calificó a Shankar como su “maestro” y recordó los siete años de convivencia que tuvieron en su casa de Nueva Delhi. “Fue entonces - evocó el discípulo de Shankar - cuando me di cuenta del poder de la música de la India, el poder de la devoción, de la dedicación y del trabajo duro. Fue entonces cuando vi en él a un sacerdote de la música”.