Para llegar al verdadero conocimiento de un pueblo no es suficiente con comprender su idioma o conocer historia sino que, como sostiene el autor de este libro, el antropólogo y crítico literario Michitaro Tada, se deben interpretar sus gestos. La gestualidad japonesa sugiere atracción, misterio y sutileza. La cualidad enigmática de la cultura nipona es mitológica y permanece aún velada para Occidente. Se habla de un carácter reservado, de una cultura marcada por los rituales y los símbolos fuertes, pero con un discurso lleno de ambigüedad y una interioridad esquiva y difícil de descifrar.
El gesto es una expresión cultural de profundos significados. En lugar de la razón, en este caso lo que se invoca es el cuerpo.
El gesto, espontáneo como un acto reflejo, se tiene como la expresión más íntima y más libre de una persona, en la que se invoca el cuerpo en vez de la retórica o la racionalidad. Más allá del cautivante inventario de gestos, actitudes y costumbres japonesas, este volumen invita a reflexionar sobre el papel de los gestos y cómo a través de ellos se refuerza una identidad cultural. El libro analiza las causas y orígenes de la gestualidad japonesa y establece continuamente comparaciones con la cultura occidental. A través de ejemplos de la literatura y de la vida cotidiana, del pasado y del presente, el autor ofrece no sólo una clave de acceso al mundo oriental sino también una lúcida reflexión acerca del significado de los gestos en todas las sociedades.
El autor sostiene que la interpretación de los gestos es clave para conocer, y comprender, a los pueblos.
Michitaro Tada, el autor, nació en 1924 en Kioto, Japón, y murió en 2007. Se lo reconoce como un pionero de los estudios culturales en su país. Se graduó en la Universidad de Kioto en 1949, especializándose en literatura francesa. Pronto ingresó en el Instituto para Estudios Humanísticos, donde los pensadores más innovadores promovían el trabajo interdisciplinario. Tada se destacó por sus lúcidos tratados sobre el pensamiento francés y también por el aporte de nuevas perspectivas sobre las artes tradicionales japonesas, en especial la poesía clásica haiku. Estudió la cultura popular con el rigor de un académico: entre otros tópicos ha analizado la estética de la comida, las canciones populares, la moda, el chisme y los gestos. Como ningún otro intelectual de su generación, Tada provocó una nueva visión de la identidad japonesa.