El libro "Ver como feminista", de la profesora, escritora y activista india Nivedita Menon, viene a plantear, entre otras muchas cosas, qué tiene para decir una autora decolonial y contrahegemónica sobre el estado actual de los feminismos y revisa cuánto aporta a la discusión local el relato de países que están por fuera del norte global, además de otras problemáticas que pone sobre la mesa como la subrogación de vientres o la fluidez de un tercer género que escapa a definiciones Lgtbi+ y que no se identifica con un vocabulario trans. Publicado por el sello Consonni, el libro de Menon (1958, Mumbai) cuenta con traducción y prólogo de la periodista y también activista Tamara Tenembaum: "La posición decolonial de Nivedita es uno de los valores de este trabajo. Ella declara que no sobre-explicará su cultura, confía en la capacidad de investigación de sus lectores, no los subestima", dice la traductora, quien sabe que hoy se lee buscando y consiguiendo la información en tres clics. Así como "El segundo sexo", de Simone de Beauvoir, "La mujer eunuco", de Germaine Greer, o "El feminismo es para todo el mundo", de bell hooks, no son libros sobre Francia, Australia o Estados Unidos respectivamente, el libro de Menon “es sobre feminismo, no sobre la India”, advierte la autora. Tanto a Beauvoir como a Greer o a hook “las vemos teorizar desde sus propias locaciones, para formular argumentos sobre las mujeres y el patriarcado en general, y aunque algunos de sus argumentos funcionan en una pluralidad de contextos, no es el caso de todos. En este libro me baso en investigaciones y activismos feministas que pertenecen a mi parte del mundo para entablar conversaciones con debates y experiencias feministas del ámbito global”, indica Meno y esa declaración es profundamente política.
El libro de Menon “es sobre feminismo, no sobre la India”, advierte Tamara Tenembaum.
Este trabajo se enfoca en "la naturaleza generizada del poder", dividido en seis capítulos que desarrollan seis motivos que Menon considera claves para desentrañar esos formatos: "Familia", "Cuerpo", "Deseo", "Violencia sexual", "Feministas y mujeres", "¿Víctimas o agentes?", problemáticas que en la India está atravesadas por categorías como la casta, la raza y la religión, que funcionan como "identidades cruciales" y reconfiguran la jerarquización de ese poder. Además de reconocida activista dentro de movimientos ciudadanos y democráticos de su país, Menon es profesora de Pensamiento Público en la la Jawa-hartal Nehru University de Delhi. Entre sus libros más conocidos están “Recovering subversion: feminist politics beyond the law”, de 2004, algo así como “recuperar la sublevación: la política feminista más allá de la ley”; la compilación “Sexualities” (“sexualidades”), de 2007; y “Power and contestation: India after 1989” (poder y contiendas: la India después de 1989), también de 2007, escrito en coautoría con Aditya Nigam, intelectual que focalizó sus estudios en la descolonización de la teoría social y política. El compromiso neocolonialista de Menon es parte importante de su mirada sobre lo que el feminismo propone. Puede leerse también como motor de su trabajo de traductora, en ficción y no ficción, de textos que pasa del hindi al inglés o del malayo al inglés. Menon confundó en 2006 el blog kafila.online, palabra que en hindi significa caravana o procesión y que se refiere a comunidades en tránsito. “Una kafila podría ser un grupo nómada, una manada, un desfile o simplemente la figura más omnipresente pero no reconocida del mundo moderno: los refugiados en todas sus formas, incluidos los del desarrollo: personas que se han quedado sin hogar y sin lugar debido a el capitalismo y el implacable impulso moderno de mapear, contabilizar, categorizar y normalizar”, se lee en la página del sitio creado como una “práctica colaborativa de crítica política y mediática radical”. Todas esas ideas ideas atraviesan de alguna manera este libro. ¿De qué feminismo nos habla esta intelectual y activista asiática? Del que “reconoce que la organización jerárquica del mundo en torno al género es clave para el mantenimiento del orden social” y postula que “vivir vidas marcadas como masculinas o femeninas es vivir vidas diferentes“. Hasta ahí, una declaración común, lo que sigue es clave en su posicionamiento: “ser feminista es imaginarse ocupando la posición marginal y relativamente desempoderada con referencia a todos y cada uno de los marcos de dominación que engullen el espacio central”, dice.
El compromiso neocolonialista de Menon es parte importante de su mirada sobre lo que el feminismo propone.
A ese feminismo que busca "entender los modos en que varones y mujeres se producen e insertan en patriarcados que cambian de forma en cada época y en cada lugar” le otorga el compromiso de no accionar desde el poder normalizador o hegemónico: “Cuando alguien que es feminista ve desde la posición marginal que ha elegido deliberadamente ocupar, esa mirada representa un gesto de subversión hacia el poder, desorganiza y desordena el marco establecido, se resiste a la homogeneización y abre posibilidades múltiples en lugar de cerrarlas”, escribe. Este feminismo está enmarcado en una sociedad que hasta la colonización británica no tuvo la concepción normalizadora binaria presente en la actualidad, con matices y contradicciones propias de una cultura milenaria, como la cultura matrilineal. Así, las múltiples estructuras familiares que conviven en la India sirven para explicar el proceso de normalización colonial que condujo a la hegemonía de la familia nuclear y la casi extinción de la tradición matrilineal. O recurre a mitos ancestrales (diosas cuya sensualidad consistía en no tener hijos, bailarines que se travisten en quienes la mujeres encuentran la esencia de la feminidad) para dar cuenta de que una misma reivindicación exige caminos, lenguajes y luchas distintas en distintas regiones. Desde ese margen inmenso que es el subcontinente indio, Menon propone nuevas preguntas para problemáticas comunes. Se detiene por ejemplo, en una expresión popular que afirma que “la violación es peor que la muerte” y problematiza perspectivas patriarcales sobre cuerpo, propiedad, castidad y revictimización de las mujeres que sufren violencia sexual. La "impureza” que el abuso le imprime al cuerpo de las mujeres a partir del ideario machista ¿las haría entonces mejor muertas que vivas? La invitación es ampliar el campo de batalla, desplegar en direcciones múltiples la reflexión. Otra cuestión que surge de este libro es la actualidad de las hijras, un tercer género fluido que atraviesa un presente marginal desmarcado de la lucha Lgtbi+ y signado mayormente por la prostitución como una de las reducidas posibilidades laborales de subsistencia. Criminalizadas y estigmatizadas durante la colonia como otra forma de normalizar el territorio y aunque luego reivindicadas (la ley que las denigra en 1871 es derogada en 1949) las hijras no recuperaron un status vinculado a una mitología con divinidades de sexualidad ambivalente, que cambian de género o contienen los dos sexos en sí mismas. "Tanto la prostitución como la subrogación de vientres llevan a la necesidad de pensarlos de una manera situada. India es uno de los mercados de subrogación más grandes del mundo, por eso este libro también nos habla del futuro, en Argentina esta es una discusión que apenas comienza", grafica Tenembaum en referencia a la gestación por sustitución o gestación con vientre subrogado que en este país existe aunque aboliendo la posibilidad de un “contrato oneroso” entre partes y, no sin cierto cinismo, rescatando la figura del acto altruista. Desde el movimiento #metoo hasta el reto que la política de castas implica para el feminismo, de la prohibición del hiyab, burka o niqab en Francia al intento de imponer la pollera obligatoria a las competidoras de la liga internacional de bádminton; de la política queer a los sindicatos de trabajadoras domésticas y a la campaña Pink Chaddi (bombacha rosa) surgida en 2009 contra la violencia sexista en India promovida por grupos conservadores ante presuntas violaciones contra la cultura india, el feminismo planteado por Menon complejiza las postulaciones hegemónicas contemporáneas. El texto, explica la autora en un gesto amoroso antes de finalizar la introducción, "está salpicado de referencias a otros libros y artículos que pueden saltearse por completo, están ahí porque quiero dejar claro que mis argumentos emergen en conversación con activismos feministas de todas partes y porque algunas lectoras podrían querer seguir investigando, pero se pueden obviar sin ningún problema".