Algunos fantasmas chinos (1887) es una colección de antiguas narraciones sobre la vida después de la muerte. Cuentos que han nutrido la literatura de Borges y Bioy Casares, de Dick y Kafka.
"Leí los libros de Lafcadio Hearn, en cuya casa estuve. Me impresionaron mucho, sobre todo uno con un un hermoso título", dijo Jorge Luis Borges, refiriéndose a Algunos fantasmas chinos.
Historias que, además de ser parte del imaginario sobrenatural de Oriente, expresan una sabiduría similar a la de nuestros propios pueblos ancestrales: no hay “más allá”, sino una comunicación directa, un flujo, entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Seis relatos fantasmagóricos que podrán disfrutar los lectores con una impecable traducción, que estuvo a cargo de la joven escritora Constanza Gutiérrez (Terriers).
"Un milagro de transplante, de injerto artificial: los trabajos de un occidental, pero escritor por un oriental", señaló Stefan Zweig.
Lafcadio Hearn (1850-1904) fue un escritor, traductor y académico de padre irlandés y madre griega. Después de publicar "Algunos fantasmas chinos" y otros libros, partió a Japón con la intención de escribir una serie de artículos periodísticos. Absorto por la riqueza cultural del país, publicó Visiones del Japón menos conocido, Kwaidan y Japón, ensayo de interpretación.