La voz podía escucharse, potente y afinada, al avanzar por el laberinto de caminos que recorre el Parque Ritan, en Beijing. La voz era de un hombre que, abstraído del planeta China, cantaba una suerte de ópera, quizás convencido que era un célebre tenor italiano frente a un invisible público que lo aclamaba. Su presencia fue sólo un ejemplo, peculiar para el visitante, de las innumerables actividades que pudo observar en este enorme parque público de la no menos inmensa capital china.
El "Altar del Sol" fue construido en 1530 por la última dinastía Ming.
Bailes, ping pong, running, QiGong, Tai Chi, mahjong, entrenamientos de todo tipo, juegos infantiles, pesca, caminatas, exposiciones de arte, festivales de música y, claro, la posibilidad de encontrarse con un desconocido cantando a viva voz, constituyen la variada oferta de actividades del Ritan. “Es un parque que está vivo”, resumió una mujer de mediana edad, que se presentó como una asidua concurrente a este parque ubicado en el área de Jianguomen.
En el Ritan se practican todas las actividades imaginables, como ocurre en casi todos los parques públicos chinos.
Se trata de un sitio que, como casi todo en China, tiene una milenaria historia detrás. En el caso del Ritan, su nombre significa “Altar del Sol”, en referencia al lugar construido en 1530 por la última dinastía Ming para realizar sacrificios al Sol. En la actualidad, el llamado “Templo del Sol” es recorrido por miles de personas no sólo por su incuestionable valor histórico, sino también para elongar y hacer ejercicios de cara a la pared que lo rodea.