“En el actual contexto de un rol creciente de Asia como motor de la economía mundial, China apuesta por desarrollar nuevas fuerzas productivas de calidad brindando posibilidades de desarrollo al resto del mundo a través de iniciativas como la Franja y la Ruta”, sostuvo este martes el analista geopolítico argentino Francisco Taiana. Próximo a celebrarse el Foro de Boao para Asia, en la ciudad del mismo nombre de la provincia meridional china de Hainan, el historiador y director de la especialización en Estudios sobre China Contemporánea de la Universidad Nacional de Lanús analizó los desafíos globales que marcarán la pauta en la cita internacional. "El continente asiático no solo es el continente más grande del mundo y el más poblado, sino que contiene la mayoría de los recursos estratégicos, por lo que no debería sorprendernos que el centro gravitatorio de la economía global gire hoy en torno a Asia", sostuvo Taiana. Para el magíster en Estudios Chinos por la Universidad de Beijing, China está demostrando en la actualidad su capacidad de evolucionar su matriz productiva, lo cual traerá un impacto a nivel mundial, no quedando exenta América Latina, región que aún requiere de crecimiento y múltiples desarrollos a nivel de infraestructura y tecnologías. "Durante varias décadas, China tuvo un desarrollo muy intenso y sorprendente, que básicamente fue cuantitativo, siendo el motor del crecimiento económico chino y abriendo nuevos mercados; China es el principal socio comercial de la mayoría de los países del mundo, y mucha de la infraestructura china ha llegado a niveles muy avanzados, con lo cual, desde hace un par de años, China se ha fijado como objetivo dar saltos cualitativos en su matriz productiva", indicó. Según Taiana, esto ha supuesto que el país asiático apueste por "empezar a desarrollar algunos sectores de punta, que ya hemos visto en algunas empresas de tecnología muy importantes, como Huawei con el 5G", y con el país desarrollando algunas tecnologías vanguardias como es la Inteligencia Artificial (IA).
"No debería sorprendernos que el centro gravitatorio de la economía global gire hoy en torno a Asia", sostuvo Taiana.
El Foro de Boao se realiza entre el 26 al 29 de marzo con cuatro temas principales: la economía mundial, el desarrollo social, la cooperación internacional y la innovación científica y tecnológica. Sobre los desafíos que se abordarán en el foro, específicamente los alusivos a la economía mundial, el historiador contrastó la disposición de China a la apertura y el multilateralismo, frente a otros países con economías fuertes volcados al proteccionismo. "Mientras algunas otras economías han virado hacia políticas más proteccionistas, China es un país que continúa abriendo mercados, que continúa apostando por la economía global, a un ascenso pacífico en conjunto con sus vecinos y a nivel global, entendiendo que también un desarrollo más armónico dentro y entre naciones es absolutamente crucial para el bienestar conjunto de la economía global y de las posibilidades de la humanidad", indicó. Concretamente respecto a América Latina, indicó que al ser una región con desafíos históricos, como la atracción de inversiones y el desarrollo de infraestructuras para una integración política pero además física que le permita potenciar el comercio, la Iniciativa de la Franja y la Ruta se presenta como una oportunidad esencial para poder avanzar en dichos objetivos. "Creo que la principal vía que realmente pudiese cambiar cualitativamente las relaciones comerciales (entre América Latina, China y Asia) es la Iniciativa de la Franja y la Ruta; me parece que la naturaleza regional, continental, de un proyecto como la Franja y la Ruta se vuelve un vehículo ideal para promover la integración latinoamericana", remarcó el también profesor en la Universidad Nacional de Quilmes.
"China se ha fijado como objetivo dar saltos cualitativos en su matriz productiva", destacó el politólogo argentino.
Al respecto, agregó que la iniciativa constituye una oportunidad para trabajar en "una integración que pueda revolucionar las economías de la región, otorgándole mucho mayor dinamismo y mayor integración con la economía global". A nivel mundial, el crecimiento continuo de China y el desarrollo de nuevas tecnologías de punta basadas en el concepto de "nuevas fuerzas productivas de calidad" adquiere un peso significativo. "Va a traer beneficios colectivos, porque va a dar más oferta y más competitividad a una serie de productos que hasta ahora han estado concentrados en pocas manos y que no han podido realmente hacer frente a la demanda global, como es por ejemplo el caso de los autos eléctricos", señaló. El historiador profundizó sobre esta idea asegurando que "China en la actualidad está produciendo autos eléctricos a un paso muy acelerado, lo cual tiene beneficios bastante claros para la humanidad en su conjunto, de cara a una transformación tecnológica y de energías mucho más contemplativas con el medio ambiente; reflejando que no solo hay una ganancia para China, sino un claro impacto positivo para el mundo". Taiana además indicó que entre los desafíos estructurales del sistema internacional en la actualidad, a considerar en el Foro de Boao, se encuentra el envejecimiento de la población y la transición energética. En ese sentido, resaltó una vez más la importancia de la tecnología, especialmente en países como China, como un camino hacia un desarrollo económico más sostenible y productivo. Además, enfatizó la necesidad de una cooperación internacional y de la reivindicación de las instancias multilaterales para enfrentar los desafíos globales y promover un crecimiento económico más equitativo y estable. "Las tecnologías alternativas son una parte fundamental de ese nuevo modelo de desarrollo que plantea China, y esto se explica por varios motivos. En parte China es un país que todavía tiene bastante dependencia de hidrocarburos, pero es también el país que más ha apostado por energías renovables y tecnologías mucho más amigables con el medio ambiente", refirió. Taiana agregó que el desarrollo de estas nuevas tecnologías sustentables "le va a permitir tanto a China como a otros países producir mucha más energía, generando una baja de costos y con eso llevar un desarrollo más notable, no solo para China sino para el conjunto de la humanidad".