Gota a gota, se llena un vaso. Paso a paso, se hace un camino, incluso uno que conecta de manera imaginaria a China con Argentina a través de la literatura, un recurso artístico que emociona y achica las distancias geográficas. Las conexiones literarias entre ambos países son amplias. El exquisito autor argentino Jorge Luis Borges (1899-1986) fue un admirador de "Sueño en el pabellón rojo", obra de Cao Xueqin, que leyó a principios del siglo XX, un libro fantástico que está dentro de los clásicos de la literatura china. El autor argentino se ha convertido en el escritor latinoamericano más traducido dentro del país asiático y su obra ha tenido una gran influencia sobre autores chinos. De igual manera, el autor argentino César Aira (1949) tiene una novela llamada Mil Gotas, que cuenta que las mil gotas de pintura que conforman La Gioconda abandonan el lienzo en el Museo del Louvre para ver mundo. Y que una de estas gotas viajeras acaba en China, donde decide quedarse al encontrar el amor.
Iñigo mencionó, entre otros libros sobre China y de autores chinos, "La mitad de la mitad", una antología que reúne escritos del poeta Ouyang Jianghe.
De cara al Día Mundial del Libro, que se celebra el 23 de abril para promover la lectura, la publicación y los derechos de autor, Xinhua entrevistó en Buenos Aires a Ayelén Iñigo, una periodista especializada en cultura que vivió en China. La mujer viajó becada al país asiático en 2018. Y contó que, desde entonces, comenzó a relacionarse "mucho con todo lo que es la cultura china y específicamente la literatura, que es algo que a mí me interesa a nivel general". Iñigo recordó cómo fue la búsqueda que emprendió para empaparse sobre los libros chinos y subrayó que, a poco de saber de su beca, comenzó a leer sobre China, pero se trataba de libros "con información dura, por decirlo de alguna forma, de economía, de política, para entender un poco más la realidad china". "Una vez que llegué allá conocí a Guillermo Bravo, que es un cordobés que vive hace muchos años en China y que abrió en Beijing 'Mil Gotas', la primera librería latinoamericana en China", contó Iñigo.
Jorge Luis Borges fue un ferviente admirador de "Sueño en el pabellón rojo", la obra clásica de Cao Xueqin.
"Y a partir de ahí, hablando con él, empecé como parte de mi rutina en China a visitar la librería, ver los libros que tenía y él empezó a recomendar autores, a mostrar lo que había de literatura contemporánea china", evocó la periodista. La mujer resaltó la importancia de la literatura como medio para conocer otros países y regiones. "Me parece que más allá de saber la información más dura sobre un país, a través de la literatura se puede saber mucho más también sobre la idiosincrasia de un país, sobre cómo piensan, sobre cómo sienten. Eso fue lo que más me interesó de los autores chinos contemporáneos que fui conociendo", dijo. Iñigo mencionó, entre otros libros sobre China y de autores chinos, uno en particular que atesora en su casa y que lleva por título "La mitad de la mitad", una antología que reúne escritos del poeta Ouyang Jianghe (1956), traducidos al español por Pablo Rodríguez Durán, en cuya edición en español ella intervino junto con Guillermo Bravo, Lucía Fernández y Leticia Pogoriles. "La poesía es algo complejo de leer, es algo complejo a lo que llegar, incluso para leer a poetas argentinos. Entonces leer a un poeta chino, traducido, pasado por el tamiz de la traducción, es también un trabajo más difícil, pero me pareció muy interesante, porque creo que él es muy filósofo, muy pensante, y de alguna forma logra traer a sus poemas un poco de la tradición filosófica china, del confucionismo, mezclado con algo de la China muy contemporánea, de él, que es también un poeta joven", señaló Iñigo. Los poemas de Ouyang "siempre tocan temas de la China actual, de lo que es vivir en China, en la China contemporánea, de las ideas filosóficas de los chinos antiguos. Creo que tiene como un 'mix' muy interesante para acercarse un poco también a lo que es la cultura y la forma de pensar en China", agregó la periodista. Además de considerar a la literatura como un puente cultural que en este caso se asienta sobre la poesía, afirmó que "cuando Ouyang escribió sus poemas, los escribió para el público chino, los escribió en chino y creo que en ningún punto imaginó que esos poemas iban a poder ser traducidos al español y haber atravesado tantos kilómetros para llegar a un país que en un punto es muy distinto". "Entonces me parece que debe haber sido un viaje que para el autor debe haber sido muy especial, haber visto que su libro estaba publicado en Argentina, que estaba en librerías de Buenos Aires, cuando probablemente desde el nacimiento, desde el pensar el poema, no era una posibilidad ni por casualidad cercana o imaginable", valoró Iñigo. Por último, reconoció que "en China hay mucha admiración por la literatura latinoamericana. El lector chino que conoce de literatura está muy interesado en la literatura latinoamericana y de la Argentina también en particular".