El comercio bilateral entre China y América Latina y el Caribe mantiene su crecimiento y superará los 500.000 millones de dólares en 2024, adelantó Xu Wei, el consejero del Departamento de Asuntos Latinoamericanos y Caribeños del Ministerio de Relaciones Exteriores, en un encuentro internacional realizado hace días en la provincia de Jiangsu. El anuncio, desapercibido para la mayor parte de los medios de la región, se produjo mientras China parece profundizar su Iniciativa de la Franja y la Ruta, el proyecto global de infraestructura y desarrollo económico que lanzó en 2013, sin el cual sería difícil imaginar semejante volumen de inversiones y negocios entre el país asiático y sus socios americanos. “Estamos dispuestos a avanzar en el marco de la Franja y la Ruta para contribuir con su fuerza a la construcción de una comunidad de futuro compartido más estrecha con América Latina y el Caribe”, fue el mensaje del secretario del comité del PCCh de Xuzhou, Song Lewei, a los empresarios, funcionarios y diplomáticos que participaron de la citada Conferencia de Cooperación Jiangsu (Xuzhou)-América Latina y el Caribe. Song se limitó a transmitir el discurso oficial sobre una estrategia que, en su segunda década de desarrollo, ya supera los 3.000 proyectos y plataformas de cooperación en más de 150 países, entre ellos la Repúbica Argentina. En este marco, el Instituto Xinhua acaba de presentar un documento llamado “Ocho grandes pasos” en el Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional de Grupos de Reflexión y Segundo Foro Internacional de Comunicación de la Ruta de la Seda (tal su interminable presentación), que se realizó en Xi’an, la ciudad conocida por los Guerreros de Terracota.
22 países de América Latina y el Caribe ya firmaron sendos acuerdos de cooperación en el marco de la Nueva Ruta de la Seda.
Dividido en tres capítulos, el informe analiza la performance que tuvieron las ocho líneas de trabajo que China había definido el año pasado, al enumerar los principales objetivos de su iniciativa global, popularmente conocida como Nueva Ruta de la Seda. Ellos son los siguientes: 1. Construir una red multidimensional de conectividad de la Franja y la Ruta. 2. Apoyar una economía mundial abierta. 3. Llevar a cabo una cooperación práctica. 4. Promover el desarrollo verde. 5. Avanzar en la innovación científica y tecnológica. 6. Apoyar los intercambios entre los pueblos. 7. Promover la cooperación de la Franja y la Ruta basada en la integridad. 8. Fortalecer la construcción institucional para la cooperación internacional de la Franja y la Ruta. Como era previsible, el informe oficial indicó que los progresos fueron “notables” en los últimos doce meses, porque permitieron sentar “una base sólida” para la segunda década de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, que ya está en marcha. De acuerdo con las previsiones de Beijing, para esta segunda etapa se esperan mayores niveles de cooperación, retornos de inversión, calidad de suministro y resiliencia en el desarrollo. “La Franja y la Ruta tiene el potencial de convertirse en una piedra angular en la construcción de una economía mundial abierta, una fuerza impulsora para el desarrollo colectivo y un acelerador de la modernización global”, subrayó el documento. Al plantear la necesidad de fomentar nuevas formas productivas de calidad, el estudio destacó la importancia de un enfoque verde y digital, en forma paralela a una expansión de la cooperación en campos emergentes. Ejemplo 1. La Central Hidroeléctrica de Karuma, el mayor proyecto de cooperación entre China y Uganda, comenzó a funcionar a pleno rendimiento a principios de 2024 y generó un promedio de 4.000 millones de kilovatios-hora de electricidad al año, lo que permitirá el ahorro anual de alrededor de 1,31 millones de toneladas de carbón bruto, además de disminuir las emisiones de dióxido de carbono en 3,48 millones de toneladas y, según se calcula, reducir un 17,5 % los precios de la electricidad. Ejemplo 2. La llamada Ruta de la Seda Digital alcanzó récords históricos durante el primer semestre de 2024, con importaciones y exportaciones de servicios digitales de China que casi alcanzaron los 200 millones de dólares, y operaciones transfronterizas de comercio electrónico que sumaron poco más de 170 millones de dólares. Además de una reducción de la brecha digital entre los países socios, el informe destacó el potencial de la Franja y la Ruta para lograr que la comunidad de futuro compartido también se construya en el ciberespacio.
La Iniciativa de la Franjaj y la Ruta ya supera los 3.000 proyectos y plataformas de cooperación en más de 150 países, entre ellos la Repúbica Argentina.
Según el documento, varios proyectos de conectividad progresaron durante los últimos meses, entre ellos el Ferrocarril Expreso China-Europa que despachó 13.056 trenes de enero a agosto de 2024, con casi 1,400 millones de unidades, lo que representó un aumento interanual del 11 %. Respecto a la llamada Ruta Marítima de la Seda, el año pasado se agregaron 10 nuevos recorridos, que elevaron la cantidad total a 132, conectando 145 puertos en 46 países y regiones, según se informó. En términos políticos, el documento hizo un llamado a permanecer alertas ante “la propaganda negativa sistémica” promovida por países de occidente que descalifican la Nueva Ruta de la Seda como una estrategia para expandir la influencia geopolítica de China. Según esta postura, Beijing utilizaría los proyectos de infraestructura para endeudar y controlar las economías de los países más débiles. Más allá del cruce de acusaciones, 22 países de América Latina y el Caribe ya firmaron sendos acuerdos de cooperación en el marco de la Nueva Ruta de la Seda, profundizando sus históricos vínculos económicos con China, el segundo socio comercial de la región. En la actualidad, mientras Colombia negocia su ingreso contrarreloj y Brasil está cada vez más cerca de hacerlo, la Argentina se debate en el aparente giro de pragmatismo que el presidente Javier Milei está dando a su compleja relación con el país asiático. Desde la adhesión formal de la Argentina, en febrero de 2022, se habían acordado varios proyectos de infraestructura por un valor cercano a los U$S 24.000 millones que luego se paralizaron por razones políticas, entre ellos la Central Nuclear Atucha III y las represas hidroeléctricas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner en la provincia de Santa Cruz. En abril, la ministra de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Diana Mondino, había reconocido al canal chino CGTN que la Iniciativa de la Franja y la Ruta podía convertirse en una verdadera oportunidad de salto para la alicaída economía argentina. Ya pasaron seis meses.