"Estamos orgullosos que nuestros hijos y nietos ya se sientan argentinos", afirmó el embajador de Taiwán Huang LIen-Sheng, al cumplirse medio siglo de inmigración taiwanesa en la Argentina. La sencilla frase del diplomático quizás describa la síntesis perfecta a lo que puede aspirar un pueblo dispuesto a cumplir sus sueños en otras tierras, manteniendo siempre vigentes su cultura, historia y tradiciones. En efecto, el deseo de mostrar este respeto por sus milenarias raíces culturales ha sido, sin dudas, el mayor logro de la exhibición "Vida de los inmigrantes taiwaneses en Argentina", que se realizó este fin de semana en el tradicional Barrio Chino de la ciudad de Buenos Aires. Con entrada libre y gratuita, cientos de personas pudieron disfrutar de actividades culturales, demostraciones de artes marciales, danzas folklóricas y, por supuesto, de las delicias de la gastronomía taiwanesa. Al inaugurar la muestra, el embajador Llen-Sheng recitó el Preámbulo de la Constitución Argentina y destacó su carácter inclusivo "para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino", según reza el documento. "Esto demuestra la solidaridad de la Argentina con los inmigrantes. Pocos países del mundo tienen una mirada tan fraternal hacia los extranjeros", afirmó. Luego, hizo un recorrido histórico por las diferentes oleadas de inmigración taiwanesa en las décadas del 60 y 80, para finalmente destacar: "Nuestros hijos y nietos ya se sienten argentinos. Estudian y se gradúan en las universidades. Es un orgullo". Minutos antes, la vicepresidenta de la Asociación de los Taiwaneses en Argentina, Lin Yu Cheng, se refirió a la importancia de "exponer cincuenta años de inmigración taiwanesa y de poder mostrar cómo nos integramos y desarrollarnos". Por su parte, el director de la Oficina Cultural y Comercial de Taipei en Argentina, Víctor Chu, indicó que este tipo de actividades contribuyen a "fortalecer los lazos entre el pueblo taiwanés y el argentino".