Si bien todavía está lejos de los niveles de China y algunos países occidentales, el mercado de arte contemporáneo indio está viviendo un nuevo impulso, con precios cada día más altos en las subastas y un interés creciente en el extranjero. Enriquecidos gracias al crecimiento económico del gigante demográfico del sureste asiático, los nuevos magnates indios han hecho que obras de artistas como Vasudeo Gaitonde (1924-2001) logren precios récord. Dos célebres establecimientos parisinos, el museo Guimet y el centro Pompidou, exponen en la actualidad a dos artistas indios hasta enero. Y en Nueva York, la Asia Society prepara una gran exposición de artistas contemporáneos indios para el próximo año. Las ventas de arte indio pasaron de 44 millones de dólares en 2011 a 95 millones el año pasado, según el gabinete Artery India.
"Existe un aumento de coleccionistas emergentes, todos menores de 40 años, abiertos al mundo y viajeros, procedentes de las finanzas, las nuevas tecnologías o la industria", explicó Arvind Vijaymohan, presidente de Artery India.
"Hay un gran interés que llega desde lugares inesperados. Hay nuevos compradores de Estados Unidos y otras partes del mundo", declaró Hugo Weihe, director de la casa de subastas Saffronart, con sede en Bombay. Este interés es tal que ya hay escasez en los mercados de obras de primer plano como las del solitario Gaitonde, cuyo lienzo abstracto de 1995 se vendió por 4,4 millones de dólares en 2015, un récord mundial para una obra india. Esta venta se produjo meses después de que el Guggenheim de Nueva York le dedicara una retrospectiva al artista, que los expertos consideraron como un "momento crucial" para el arte indio. La exposición demostró que Gaitonde "no tenía nada que envidiarle a los mejores artistas abstractos de todo el mundo", consideró Weihe. Por un cuadro azul del artista se pagaron hace poco 3,1 millones de dólares en Nueva Delhi.
"Hay un gran interés que llega desde lugares inesperados. Hay nuevos compradores de Estados Unidos y otras partes del mundo", declaró Hugo Weihe, director de la casa de subastas Saffronart, con sede en Bombay.
Este auge del arte contemporáneo indio es como un renacimiento, tras un despegue a mediados de los años 1990 y un nuevo impulso en torno a 2005, amortiguado por la crisis financiera mundial. Otros artistas modernos, como M.F. Husain y Francis Newton Souza, miembros del grupo vanguardista Bombay Progressive Artists en los años 1950, también gozan de una gran popularidad. Entre los coleccionistas de arte indio, se encuentran prestigiosas instituciones como el MoMA de Nueva York y el museo del Ermitage de San Petersburgo. Pero el mercado también también atrae a los coleccionistas locales, pues cada vez más indios pueden acceder al lujo. "Existe una claro aumento de coleccionistas emergentes, todos menores de 40 años, abiertos al mundo y viajeros, procedentes de las finanzas, las nuevas tecnologías o la industria", explicó Arvind Vijaymohan, presidente de Artery India. Pero, pese al creciente interés de los multimillonarios indios del arte, estos siguen estando lejos de sus pares chinos. "No sé si alcanzaremos a China, pero claramente vamos a crecer, pues los precios todavía son muy inferiores a los de otras categorías [del mercado]. El arte indio subirá y se revalorizará", indicó Kiran Nadar, esposa del fundador de la empresa HCL Technologies, que abrió su propia fundación en Nueva Delhi. Mientras que cada vez más museos incorporan obras indias a sus colecciones, su salida del circuito de subastas debería hacer crecer los precios de las que siguen en circulación. "No hay demasiado contenido disponible en materia de grandes obras modernistas", juzgó Hugo Weihe. "Eso creará escasez".