La Playa Roja se encuentra en Panjin, ciudad de la provincia china de Liaoning en los pantanos del delta del río Liao. Es difícil que quienes escuchan por vez primera el nombre no pregunten por aquello que lo inspira. ¿Es la arena roja o acaso lo son las piedras? En realidad, este paraje no es una playa en el sentido estricto de la palabra, sino una región pantanosa formada por la agrupación de grandes extensiones de plantas de la especie Suaeda glauca, conocida como jianpeng. Este arbusto acuático es resistente, en primavera es de un tono rosado, escarlata en verano y rojo como el fuego en otoño y, al observarlo desde lejos, da la impresión de contemplar un océano rojo. De ahí su título de “Playa Roja”. Todavía en la actualidad sigue sin saberse con certeza cuándo surgió pero a este lugar se le considera como una maravilla natural. La Playa Roja se conserva intacta en la actualidad y representa un paraje lleno de recursos propios de las áreas pantanosas, así como el mayor humedal de cañas. Se trata de una perfecta combinación entre el medioambiente natural y la civilización. Asimismo, es un entorno muy valorado en China y se le ha distinguido con el título de Reserva Natural Estatal.
En realidad, este paraje no es una playa en el sentido estricto de la palabra, sino una región pantanosa formada por la agrupación de grandes extensiones de plantas de la especie Suaeda glauca, conocida como jianpeng.
El maravilloso horizonte natural de la Playa Roja, sus campos de arroz, su mar de cañas y sus bellas y raras aves dependen unas de otros para su supervivencia: es el ámbito ideal en el que todos los seres de la creación vuelven a la naturaleza. Aquí pueden verse 30 tipos de aves protegidas, como la grulla de Manchuria o el cisne. Los visitantes pueden entrar en contacto a corta distancia con estas raras especies valoradas y protegidas a nivel nacional, observar sus costumbres y comprobar su ingenio. La Playa Roja ofrece un hermoso hábitat a estas encantadoras criaturas, al igual que la planta jianpengles ofrece brotes tiernos y semillas. Por ello, al visitar este privilegiado lugar, los turistas pueden oír el resonante y conmovedor canto de la “deidad del pantano” o grulla de Manchuria tras comer, como si diese gracias a la naturaleza y a la hierba jianpeng. Hace tres mil años en el Shijing ya se describía esta escena: “En la ribera alta se oye gruñir a las grullas y llegan hasta el cielo”. Además de ser un hermoso territorio natural, rico en recursos, el entorno también es muy refinado.
Aquí pueden verse 30 tipos de aves protegidas, como la grulla de Manchuria o el cisne. Los visitantes pueden entrar en contacto a corta distancia con estas raras especies.
Sobre la superficie pantanosa de la Playa Roja se extiende una plataforma construida enteramente en madera y al estilo antiguo. Este “puente de las nueve curvas” está compuesto por 519 tablones cimentados sobre las aguas, cuya superficie total sobrepasa los 2.000 m2, y causa un grandioso efecto visual. Asimismo, en este sitio se construyó el Jieguanting, un edificio tradicional erigido para conmemorar a Yuan Chonghuan (1584-1630), histórico y heroico general. Ello proporcionó a este paraje el duradero e imborrable sello de la historia. La Playa Roja asombra por su paisaje excepcionalmente hermoso, una obra maestra de la naturaleza. Verandas, puentes, pabellones, raras aves y la playa de un mar convergen en una vista que se asemeja a una pintura en tinta que, a menudo y en todos los sentidos, encarna la connotación espiritual de la coexistencia armoniosa entre el hombre y la naturaleza. Cada año, entre los meses de agosto y octubre, el lugar alcanza su máxima belleza y sus visitantes pueden experimentar plenamente la hermosura de la naturaleza, a la que se llega mediante la comprensión de la perfecta unión entre el hombre y el mundo natural. Roja es la Playa Roja, rojo es su encanto, rojo su espíritu conmovedor, el rojo que permite al hombre soñar despierto y sumirse en la meditación. Roja también es la planta jianpeng, rojo es el cielo azul, rojas son las nubes, los pájaros acuáticos, y todo así posee un significado inabarcable. Publicado en Revista Instituto Confucio