Crónica de un premio a la diversidad

Análisis de la histórica consagración del filme “Parasite” en los Premios Oscar. Del “mensaje” de Bong Joon-ho en la alfombra roja al ruidoso festejo en el Centro Cultural Coreano en Buenos Aires.
Naimid Cirelli - 2020-02-10
“No considero esto un crimen porque pienso ir a la universidad el año que viene. Es utilizar los recursos administrativos por adelantado”, dice Ki-Woo a su padre Ki-Taek con una sonrisa mientras levanta el diploma que su hermana acaba de falsificarle. 

El joven vive en un sótano junto a su familia en los barrios más bajos de Seúl, en Corea, pero tiene un plan para salir de la pobreza y confía en sus conocimientos. En unas horas ingresará como maestro de inglés en una casa de una familia millonaria, e irá insertando al resto de su familia en diferentes puestos. “Parasite”, una película llena de humor, incomodidad y crudeza, también llegó con un plan: romper con el hermetismo de los mercados internacionales. No solo logró estrenarse en las pantallas comerciales del mundo, recibir un Palma de Oro y Globo de Oro sino que fue la gran ganadora de los 92ª edición Oscars, al llevarse cuatro estatuillas y convertirse en el primer film de habla no inglesa en ganar la mejor película del año.
“Luego de ganar película internacional pensé que ya era todo por el día y estaba listo para relajarme”, dijo entre risas. Después citó a Scorsese como uno de sus referentes y agradeció al resto de los nominados.
“Escribir un guión es un proceso solitario. Nunca escribo pensando representar a tu país, pero este es el primer Oscar para Corea del Sur”, dijo Bong Joon-ho, director de la película, al recibir la distinción por “Mejor Guión Original”. La escena se repetiría una hora más tarde con el anuncio de la victoria en “Mejor Película Extranjera”. Pero la verdadera sorpresa llegó con el premio al “Mejor Director”: una vez más subió Bong Joon-ho al escenario. 

La sorpresa no fue sólo para el aclamado director. En el Centro Cultural Coreano en Buenos Aires se proyectó la premiación en vivo, con prodes en mano que no acertaron la victoria y un previsible festejo a gritos al momento del anuncio final. 

El CC-Coreano funciona desde 2006 dando a conocer la cultura coreana a través de eventos, talleres gratuitos y muestras. Aunque la inmigración al país lleva varios años, la fascinación por su cultura es una tendencia que no para de crecer. Desde el K-Pop y los Doramas al Kimchi, el Rayen y más platos picantes, la industria cultural coreana capta la atención de cientos de jóvenes.
“Así como en Estados Unidos existe Hollywood, en Corea tenemos a Chungmuro. Me gustaría compartir este honor con todos los guionistas y cineastas de Chungmuro”, dijo el director.
“Parasite” fue destacada como una película que muestra las contradicciones de un sistema que expulsa a miles de personas. Este tipo de relatos no son nuevos dentro de la industria audiovisual del país. La desigualdad social, estratificación por clases, las violencias contra las mujeres y la alta tasa de suicidio, son algunas de las problemáticas que suelen atravesar los proyectos en cine y series de distintas índoles desde comedias románticas hasta películas de terror. 

“Así como en Estados Unidos existe Hollywood, en Corea tenemos a Chungmuro. Me gustaría compartir este honor con todos los guionistas y cineastas de Chungmuro”, dijo el director y abrió una nueva invitación a superar la barrera de los subtítulos. “Parasite” se lanzó en Corea del Sur el 30 de mayo de 2019 y en el resto del mundo entre finales de 2019 y principios de 2020. En un tiempo récord, recaudó 128 millones de dólares, convirtiéndose en el lanzamiento de mayor recaudación en Corea del Sur. 

Si las mayores virtudes para su impacto internacional fueron su humor ácido y ritmo constante, la decisión del director de hablar en coreano en la alfombra roja y ante la premiación fue un nuevo acierto. En el camino al evento debió enfrentar el desconocimiento y hasta la discriminación: un entrevistador se burló del lenguaje y una entrevistadora le preguntó por qué decidió volcarse a un contenido en su propio idioma. 

Pero estos desafíos no son nuevos en la industria norteamericana. En 2018, la actriz Sandra Oh, australiana con ascendencia surcoreana, estrenó “Killing Eve” una serie inglesa de suspenso. Durante una entrevista, contó que era su primer protagónico en sus 29 años de carrera. Hasta ese momento nunca la habían seleccionado por sus rasgos. Ayer la actriz aplaudió de pie la victoria de Parasite. 

La foto del elenco completo, una nueva voz y un nuevo idioma, marcaron una jornada histórica en la premiación. El impacto habrá que rastrearlo, en los próximos años, en la apertura de una industria que debe dar lugar a la diversidad.