La réplica de un guerrero de terracota quedó emplazada en la sede del Instituto Confucio de La Habana, en pleno corazón del Barrio Chino de la capital de Cuba, y ahora resguarda de manera simbólica esa institución docente. La pieza de papel maché mide 1,80 metros y fue elaborada por el pintor y escultor cubano Alfredo Chong, un jubilado de 74 años y graduado de Biología y Entomología en la Universidad de La Habana. Chong ha dedicado las últimas dos décadas de su vida a pintar y hacer esculturas de pequeño y gran formato con papel maché, obras en las que casi siempre hay motivos o influencias de la cultura china. "Todas mis esculturas están realizadas en papel, defendiendo y recordando ese magnífico invento chino", dijo a Xinhua el artista, quien utiliza el engrudo de arroz como aglutinante, una técnica milenaria también desarrollada en China.
"Todas mis esculturas están realizadas en papel, defendiendo y recordando ese magnífico invento chino".
Hijo de chino y cubana, Chong es dueño de una extensa obra plástica que incluye una veintena de esculturas en papel maché, en las que expresa su interés por el ser humano, aunque también incursiona en la pintura y el dibujo con tinta para mostrar diversas facetas de la naturaleza. Las esculturas en papel maché, casi todas dedicadas a figuras relacionadas con el barrio chino habanero, son un "humilde homenaje a tantos emigrantes chinos que de una manera u otra llegaron a Cuba", explicó el artista. El singular guerrero expuesto ahora en el Instituto Confucio, de acuerdo con su creador, es un tributo "a los que a través del lenguaje estrechan los lazos entre China y Cuba y favorecen el entendimiento entre todos los pueblos". "Alfredo ha querido inmortalizar el legado de un grupo de inmigrantes chinos, que en momentos diferentes han formado parte de la historia y del imaginario construido en torno a la presencia de ellos en Cuba", afirmó la curadora Teresa Toranzo.
"Es un tributo a los que a través del lenguaje estrechan los lazos entre China y Cuba y favorecen el entendimiento entre todos los pueblos".
Quizás por su exitosa carrera como biólogo, Chong llegó al mundo del arte a los 50 años de edad, pero lo que para muchos pudiera ser un acercamiento tardío, para este artista autodidacta se convirtió en un camino que recorrió de manera acelerada como una necesidad de expresar el rico mundo interior que posee. El hecho de no tener una formación académica lo convirtió en un creador, que de manera constante experimenta con técnicas, colores y texturas en busca de una definición precisa del camino artístico a transitar. Miembro de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas, Chong presentó la escultura como parte de la XIV Bienal de La Habana, un evento de arte contemporáneo que se realiza en el país desde 1984. En La Habana existen al menos otras dos réplicas de esos guerreros donadas por el gobierno chino y emplazadas una en la Casa de Asia y otra en la Casa de las Artes y Tradiciones Chinas. Los originales guerreros de terracota, convertidos en un ícono cultural, están expuestos en la noroccidental provincia china de Shaanxi, en el Museo de Sitio del Mausoleo del Emperador Qinshihuang en Xi'an, la capital provincial. Descubierto en 1974, el ejército de guerreros de terracota fue construido para honrar al emperador Qinshihuang de la dinastía Qin (221 a.C.-207 a.C.), quien unificó China por primera vez.