Li Jingze, "el naturalista de los críticos y el arqueólogo de los escritores" según la crítica china, se mueve entre los vastos textos antiguos para encontrar las mínimas huellas, las más segregadas, y con ellas tramar un complejo panorama del pasado. Intenta hallar ocultos, en el revés y los rincones de la historia, a los mensajeros que transmitieron luces entre oriente y occidente, y nos hace escuchar sus voces confusas e ininterrumpidas, y detener nuestra marcha para observar esas historias antiguas tan vívidamente rescatadas.
La traducción de la obra estuvo a cargo de Pablo Rodríguez Durán.
Entre la indagación y la imaginación, estos personajes y objetos que pasaron de una civilización a otra se vuelven pájaros mensajeros que surcan súbitamente nuestro cielo, dejando inscritas sus rutas y testimonios en la memoria del lector. Tal como señala el mismo Li Jingze: una travesía a través del tiempo y del olvido para sumergirse en la vida, sueño e ilusión del pasado.
Li Jingze ganó el premio de crítico joven Feng Mu, el premio Lu Xun y el premio de medios de comunicación Literatura China, entre otros.
El autor es vicepresidente de la Asociación de Escritores de China. Se licenció en la Universidad de Beijing en 1984 y fue editor en jefe de la revista Literatura Renmin. Durante años trabajó como redactor y crítico literario, descubriendo y promoviendo a muchos autores de China. Desde los años noventa, fue uno de los críticos literarios más críticos de su país. Publicó Testigo de mil y una noches, Nombre de los colores, El sitio de papel, Política de la mirada, Reconstruyendo la tierra de la ética, Días junto al río, Frío gozo y Los fracasados y sus ciudades.