¿Qué ve América Latina cuando mira a China?

Especialista en China, el autor propone un análisis distinto para abordar las imágenes que los argentinos tienen sobre el denominado gigante asiático y su milenaria costumbre. ¿Qué es el Tangram?
Gustavo Ng - 2023-05-18
Después de siglos en que China fue el país más grande del mundo, y entre otras cosas el más avanzado científicamente (como lo demuestran los cuatro inventos que revolucionaron la humanidad la brújula, la pólvora, el papel y la imprenta), Europa logró someterla durante cien años.

Hace 74 años China se liberó, hace 40 años comenzó a emerger nuevamente y hoy es una potencia que en muchos sentidos no sólo está a la par de los Estados Unidos, sino que gravita tanto que puede ser decisiva en el nacimiento de un nuevo orden mundial.
 
Como cualquier país, Argentina se define menos por sí misma que por el lugar que ocupa en el sistema internacional. En ese sistema, China tiene una enorme y creciente influencia, y por lo tanto pesa cada vez más sobre la realidad de nuestro país. Además, tiene influencia directa en Argentina, siendo su segundo socio comercial y buscando oportunidades de invertir en infraestructura, minería y otros campos —al igual que en el resto de América Latina.
 
Siendo tan importante para los argentinos, ¿estamos mirando a China con toda nuestra capacidad perceptiva y nuestro poder de análisis?

Pareciera que más bien estamos resignados a obedecer la imagen de China que dictan las agencias de noticias, los medios y las usinas “informativas” y simbólicas de Estados Unidos y Europa.
China también son los chinos en persona que nos muestran lo que son en el supermercado de la otra cuadra.
Observar, estudiar, comprender a China desde el interés de Argentina es una obligación para nuestra política exterior y es un acto de soberanía.
 
Las imágenes que tienen los argentinos para abordar a China suelen ser la China milenaria, la tierra eterna, la de Marco Polo, así como el país que vivió convulsiones y avances impresionantes en el siglo XX, desde el final de las dinastías hasta la reemergencia como un país enorme.

China es asimismo uno de los mayores centros industriales del planeta, que ha evolucionado desde producir copias hasta ubicarse a la vanguardia en el diseño; es una multitud de mercados a los que podemos venderle, y son las corporaciones trasnacionales que en este momento desarrollan grandes obras de infraestructura, incluso en nuestros países.

China también es parte del New Age, con su medicina tradicional, su horóscopo y sus artes marciales y también representa una última pero insoslayable imagen para los argentinos: China son los chinos en persona que nos muestran lo que son en el supermercado de la otra cuadra.
Pareciera que más bien estamos resignados a obedecer la imagen de China que dictan las agencias de noticias, los medios y las usinas “informativas” y simbólicas de Estados Unidos.
Proponer con estas imágenes una idea aproximada de lo que puede representar China quizás sea una contribución al necesario trabajo de romper el empantanamiento comunicativo que imponen por un lado las agencias de noticias y medios de Estados Unidos y sus socios, que demonizan a los chinos impunemente (lo que es amplificado por los medios hegemónicos locales) y, por el otro, la propia China al informar en América Latina sólo los temas que quiere difundir, sin prestar atención a lo que nos interesa.

Sólo a partir de este ejercicio de acercarnos y, como reza el título, preguntarnos qué ve América Latina cuando mira a China, podamos descubrir aspectos desconocidos de su actualidad política y cultural, como la articulación única que se observa entre tradición y modernidad, su lucha contra la pobreza, el plan de avanzar hacia el oeste del territorio nacional, las numerosas etnias que conforman la sociedad, su concepto patriotismo y el invisibilizado debate que intentan abrir sobre democracia y derechos humanos.

El “Tangram” es un antiguo juego chino compuesto por una cantidad limitada de figuras geométricas con las que se pueden formar infinitos modelos. 

Quizás haya llegado el momento de jugarlo.

*Gustavo Ng es especialista en China, codirector de la revista DangDai y autor, entre otros libros, de “El Tangram de China” (El Bien del Sauce).