Si hubiera que definir este libro como una novela, se podría decir que es una novela coral: en una temporalidad simultánea, diecisiete historias se cruzan en algún punto, se adicionan y acaban creando más un clima que un argumento lineal. Tampoco sería desatinado afirmar que este libro es, además, un ensayo sobre un tema en común –la pobreza– y sus formas de expresión más radicales: la miseria y la indigencia, claro, pero también otras formas más complejas, como la pobreza voluntaria, la avaricia o la desidia.
Bae Suah (Seúl, 1965) publicó dos antologías de relatos cortos, las novelas Atopista con manzanas verdes, Rapsodia en Azul, Ivana y El autodiodacta.
El deseo, el consumo y la ambición son inherentes a la vida urbana contemporánea. Vivimos rodeados por un mundo de imágenes, estereotipos y estímulos que no hacen otra cosa que despertar nuevas necesidades y, también, insatisfacciones. Esas necesidades insatisfechas –las reales y las provocadas, que se agazapan detrás de los inalcanzables estándares consumistas–, dejan al descubierto un peculiar sentido de pobreza, que degrada y corrompe los vínculos entre las personas.
Suah es también traductora. Desde 2001 ha vivido fuera de Corea, principalmente en Alemania.
En cualquier caso, no hay aquí una voluntad aleccionadora ni moralizante; Bae Suah, reconocida como una de las voces más originales y renovadoras de la literatura coreana reciente, pone en juego un fascinante dispositivo estilístico y presenta –se diría objetivamente si eso fuera posible en una ficción literaria– una galería de personajes que retratan la periferia de una durísimo Seúl contemporánea.