Una afición por coleccionar piedras semipreciosas desde la niñez se convirtió en el puente que llevaría al pintor argentino, Gastón Rovella Spatafore, a sumergirse en el fascinante mundo de la pintura china, distinguiéndose en la actualidad por ser uno de los pocos artistas del país volcados a retratar la China moderna. En medio de un acogedor y colorido taller de la ciudad de Buenos Aires, Rovella Spatafore dedica sus días a plasmar mediante diversas técnicas pictóricas los elementos clásicos y simbólicos de la China actual, con una fuerte intención por transmitir la esencia y la vitalidad de esta cultura milenaria. "Mi interés por China surgió hace bastante, desde chico; yo coleccionaba piedras semipreciosas y una de esas piedras que es la conocida 'estrella de noche' o 'aventurina azul', que es el nombre técnico, refleja las estrellas (...) Investigando descubrí que en la tumba de los 'Guerreros de Terracota' se dice que sería una réplica exacta del mapa de China de esa época, cuyos ríos son de mercurio y el techo sería todo un revestimiento de esta piedra", dijo Rovella Spatafore. "Una cuestión llevó a la otra, quedé fascinado con todo lo que es la cultura china y toda la arqueología de esa época. Desde chico empezó toda la fascinación y la pasión por la historia de los guerreros, la historia de los dragones, de los perros, de los leones de fu, eso habrá sido cuando tenía ocho o nueve años y de ahí fui profundizando, leyendo un poco de historia, investigando todo lo que desde Argentina se podía y eso derivó en lo que es la pintura actual", agregó.
"Lo que yo trato de hacer es una reversión, es decir, un puente entre lo moderno con lo clásico".
Rovella Spatafore define su propio estilo como una "reversión" de la pintura clásica, conservando en sus composiciones la simbología tradicional, pero añadiendo a estas una saturación de colores y relieves que la alejan de la sencillez del estilo clásico. "La pintura clásica china está basada en la simpleza, en la sencillez, se basaba en trazos muy delicados, casi sin textura, colores rojos, blancos, negros; una o dos concubinas, unas flores, sobre un papel de arroz, un papel sepia, una cosa muy delicada, porque en esa época la sencillez era sinónimo de lujo", explicó. "Es contrario a todo lo que son mis cuadros, que son bien cargados, lo que yo traté de hacer es una reversión, es decir, hacer un puente entre lo moderno con lo clásico, obviamente con el desafío de respetar esa pintura clásica y buscar darle otro punto de vista", acotó. Con ello busca "plasmar toda la simbología de miles y miles de años de cultura, de conocimiento", por lo que los dragones, leones, paisajes de ciudades chinas y festejos de año nuevo figuran entre los elementos centrales de sus composiciones.
"El hacer pintura china es algo distinto, hay mucha gente en Argentina fanática de esta cultura. Al ser tan milenaria y tan rica de elementos, siempre llama la atención".
"Me gusta plasmar elementos del folclore tradicional de China, como es el dragón, estamos en el año del dragón de madera; los perros de fu, los leones; también, por ejemplo, la ciudad de Xitang (Zhejiang) que es una ciudad con canales, con techos para la lluvia; los festejos de Año Nuevo, todo eso que a todos en un pedacito de nuestro corazón y en nuestro inconsciente nos toca de alguna manera", indicó. Sobre la técnica, el pintor emplea espatulado con acrílico u óleo sobre lienzo o madera con el objeto de brindar textura y relieve a sus cuadros de los cuales resuenan títulos como "Movimientos de un Año Nuevo", "Luces de artificio alumbran China", "Muchedumbre" o "El Guardián". Para Gastón, su conexión con la pintura china ha sido una fuente de una inspiración individual que le ha permitido además exacerbar el interés de aficionados y curiosos de la cultura del país asiático. De esta forma, ha sido protagonista de diversas muestras desarrolladas en espacios de arte de la capital argentina, siendo la más reciente una muestra compartida en la Facultad de Derecho y una exhibición en el Salón Anual de Pintura de la Asociación Gente de Arte de Avellaneda. "El hacer pintura china obviamente es algo distinto, hay mucha gente en Argentina fanática de esta cultura, en mayor o menor medida, quizás empapados del tema, pero siempre es algo que llama la atención. Al ser una cultura tan milenaria y tan rica de elementos, siempre llama la atención", agregó. De acuerdo con Rovella Spatafore, el arte, además de aflorar la sensibilidad humana, es una vía de entendimiento y unión entre naciones y culturas. Con sus obras, apuesta por impulsar una conexión entre los pueblos de China y Argentina. "Hoy en día el arte comunica, hay muchos medios y maneras de comunicar; el arte, por suerte, sigue siendo una de las más importantes", concluyó.